Jessica Cowgill tiene 25 años, vive en Inglaterra y es una joven maestra de una escuela de enfermería. Hace cinco años decidió ponerse un DIU como método anticonceptivo y este casi le cuesta la vida tras incrustarse en su útero y provocarle un gran daño en los órganos.

No todos los DIU son iguales: ¿es mejor el de cobre... o el hormonal?

Este dispositivo anticonceptivo en forma de T se inserta en el útero y sus filamentos de cobre impiden el paso de los espermatozoides hasta el óvulo. Tras varios años con él, comenzó a sentir unas molestias sin que los médicos pudieran identificar su origen. Ni su médico de cabecera ni el ginecólogo vieron nada extraño tras hacerle incluso una ecografía hasta que, tras empeorar el dolor, fue ingresada en el Hospital, según el diario The Sun.

Fue entonces cuando descubrieron a través de un escáner que el DIU estaba incrustado en el útero y le había provocado una grave infección que le obligó a pasar por el quirófano para extraer el tejido necrótico. Cowgill ha perdido una trompa de Falopio, un ovario y parte del útero, pero no terminó ahí el dolor.

Solo unos días después los médicos descubrieron varias úlceras en el hígado, la vesícula biliar, el estómago y el bazo, por lo que tuvo que ser intervenida de nuevo. "Todavía no estoy segura de si podré tener hijos", lamenta la joven, que se recupera después de haber salido de la Unidad de Cuidados Intensivos.