El 'chino franquista' niega la versión de sus caseros: "Me echan porque no quieren fachas en el edificio"

Chen Xiangwei, en el bar Oliva
Chen Xiangwei, en el bar Oliva
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Chen Xiangwei, en el bar Oliva
Chen Xiangwei, en el bar Oliva de Madrid.
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Chen Xiangwei se convirtió en toda una celebridad hace unos pocos años, cuando comenzó a ser conocido con el sobrenombre de 'el chino facha' y a hacer apariciones esporádicas en los medios y eventos significativos para los nostálgicos. Sin embargo, desde mucho antes regenta un pintoresco bar en la calle Antonio López del barrio madrileño de Usera: el Oliva.

Lo primero que llama la atención del Oliva es su vistosa fachada pintada en su totalidad de rojo y gualda. Dos banderas de idénticos colores flanquean su puerta: al entrar, se desvela ante el visitante un caleidoscopio de iconos preconstitucionales. Yugos y flechas, retratos de Franco, banderas, insignias militares, botellas de vino con el rostro del dictador... El Oliva no deja lugar a dudas sobre las convicciones políticas de su dueño.

Sin embargo, el Oliva está próximo a su fin. Según explica a 20minutos Chen, los propietarios le expulsan por motivos ideológicos: "A mí me dijeron que no quieren fachas allí. Me expulsan por mi ideología". La empresa propietaria del local, Soluciones Sila SL, negó en cambio este extremo al ser contactada por este medio. Sea como sea, parece que Chen no piensa mirar atrás: ha comprado un local a "trescientos y pico metros" del Oliva: "Si es mío no me pueden echar".

"Aquí no queremos fachas"

Chen insiste en los motivos ideológicos de la no renovación de su contrato de alquiler: "Me dijeron: 'aquí no queremos fachas'. Llevo diez años sin dar ningún problema y me expulsan por mi ideología. Es lo que me dijeron a mí", explica al ser preguntado sobre las declaraciones de la empresa.

El contrato en cuestión finalizó el pasado mes de noviembre: "antes de eso hablé con ellos más de diez veces. Dijeron que sólo podría quedarme si me subían el alquiler de 1.500 euros a 5.000 euros", cuenta el hostelero chino. Ante esta situación decidió buscar otro local, pese a que lamenta el dinero que ha invertido a lo largo de los años en dos reformas.

"5.000 euros. ¿Qué es eso? No voy a estar trabajando para que viva el casero, nosotros también tenemos que vivir", se lamenta Chen.

"Para no acabar mal, por el dinero que yo he pagado para las reformas, conseguí que me dieran una prorroga para buscar otro local. Ahora me han subido 200 euros el alquiler y tengo hasta el uno de abril para irme".

Con todo, los preparativos para montar su nuevo bar van viento en popa: "Hoy mismo he terminado de entregar los papeles del proyecto de reforma al Ayuntamiento. Como esto es España, se tarda mucho tiempo en hacer el papeleo. Esta semana empezamos la reforma del nuevo local". Chen ya ha decidido el nombre: "Se va a llamar 'Una, grande y libre'".

"El coronavirus es un invento de los políticos"

Esta devoción al que considera "el mejor momento de España", era uno de los principales motores del éxito del Oliva, que Chen piensa llevarse con él a su nueva aventura empresarial. "El negocio va bien. Vienen muchas personas de toda España y tengo clientes fijos del barrio también. Cada vez va mejor", explica orgulloso.

Ni siquiera el coronavirus ha podido frenar su tirón, en un contexto en el que numerosas personas asiáticas han denunciado casos de discriminación por esta causa: "No viene menos gente", cuenta Chen, antes de enunciar su peculiar teoría sobre el virus: "Yo creo que los políticos lo usan para hacer humo y tapar otras cosas. Es muy contagioso pero no es peligroso, una gripe es más peligrosa. La gente no se muere por coronavirus". "Me parece un invento de los políticos para tapar que la economía va mal por culpa de esos hijos de puta", concluye.

El empresario, de hecho, niega haber sido nunca víctima de xenofobia por su origen: "Por ser chino nunca he tenido problemas, pero por ser facha sí".

"El año pasado un podemita rojo me ha pegado. Y como la justicia de este país es de sinvergüenzas, ha pagado muy poco, una multa y una indemnización muy pequeña. Eso no es justicia", narra. Y no se trata del único incidente: "Me han pintado la fachada muchas veces. Y hay una loca que se pone en la puerta del bar y grita: '¡Fuera el chino facha!'.

"Franco ganó la guerra porque tenía razón"

El propio Chen no tiene ningún reparo en referirse a sí mismo como 'facha', y precisamente esta devoción en la defensa de lo que el considera 'el mejor momento de España' (la dictadura franquista) es uno de los motores fundamentales tras el éxito del Oliva, convertido en una suerte de atracción para nostálgicos al estilo de la célebre Casa Pepe en Despeñaperros.

Su entusiasmo (Chen ha llegado a llamar a su hijo Franco y a su perro Felipe VI), le valió incluso ser nombrado 'caballero de honor' por la Fundación Francisco Franco. Pero el hostelero, al ser preguntado, deja claro que no busca reconocimiento: "No tengo mucho contacto con ellos. Yo quiero a Franco en solitario, no por los intereses de nadie", dice antes de embarcarse en un discurso en apología del dictador.

"Franco hizo pantanos por todo este país. La gente no pagaba impuestos. Sin Franco hoy en día España no sería nada." Y prosigue: "La gente dice que Franco dio un golpe de estado y eso no es así. Franco ya tenía su vida hecha y puso en riesgo su vida y su familia para terminar con una república comunista". 

Y concluye: "Franco ganó la guerra porque tenía razón".

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