Kim Kardashian no ha querido perderse la Semana de la moda de París y, pese a haber sido atracada en la misma ciudad hace 4 años, llevó consigo una de sus piezas de arte más valiosas: un Birkin de Hermès pintado a mano por el artista George Condo.
El pintor, que era inseparable de Basquiat y Keith Haring, dos de los artistas urbanos más importantes de la década de los 80 en el marco cultural de Nueva York, realizó el encargo por parte de Kayne West como regalo de navidad en 2013 para su mujer.
Kim Kardashian west leaving paris this morning. (March 3)
— alex (@diorthings) March 3, 2020
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El bolso causó una gran controversia en redes sociales cuando publicó una foto. El cuadro que alberga está compuesto de tres figuras femeninas desnudas vigiladas por un hombre de torso descubierto y cara de diablo, una imagen que perturbó a muchos de sus seguidores.
El bolso podría estar en cualquier museo del mundo, no solo por su procedencia, también por su precio. El último cuadro de George Condo que se subastó el año pasado, llamado The Manhattan Strip Club, alcanzó los 1.3 millones de dólares, a lo que habría que sumarle los 10.000 dólares que valdría el modelo básico de cuero del bolso.
the bag is a hermes birkin customised and hand- painted by artist @/artistgeorgecondo that Kanye gifted Kim back in 2013. 📸: @SplashNews pic.twitter.com/H6oZJsofbb
— alex (@diorthings) March 3, 2020
Sin duda mucha gente se pregunta cómo puede salir con él a la calle, no por su dibujo, sino porque, por su precio, es muy fácil que se lo quieran robar.
Parece ser que Kim, como siempre, creó tendencia con este espectacular bolso y Louis Vuitton, en colaboración con el famoso artista Jeff Koons, sacó una línea de bolsos inspirada en la historia del arte que dejó a todo el mundo sin palabras.
Esta colección está inspirada en la obra del artista Gazing Ball Paintings, donde el artista hacía reproducciones pintadas a mano de cuadros de grandes maestros.
Sus recreaciones de obras maestras de Da Vinci, Tiziano, Rubens, Fragonard y Van Gogh entre otros, se trasladó a los bolsos emblemáticos de Louis Vuitton. Con esta propuesta, Koons invitaba a los espectadores a abordar estos cuadros bajo una perspectiva diferente. No solo abría las puertas de los museos al mundo, sino que incitaba a apreciar a los grandes maestros a través de caminos inexplorados.
Cada bolso llevaba el nombre del artista en letras metálicas, reflejando al espectador de tal manera que recuerda a la obra Gazing Ball Paintings.
La biografía y el retrato del pintor aparecían estampados en el interior del bolso, mientras que un llavero en forma de conejo, un personaje recurrente en la popular obra de Koons, iba colgado de un asa.
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