Según informaron fuentes municipales en nota de prensa, los hechos se produjeron a las 03.09 horas cuando la Policía Local recibió una llamada que advertía de la presencia de un niño de unos dos años de edad, llorando y tembloroso, en el interior de una furgoneta estacionada.

La patrulla de servicio en la zona se personó y comprobó que el vehículo está cerrado y sólo se encuentra abierto el portón trasero, aunque desde él no es posible acceder al niño. Posteriormente con la ayuda de una barra de uñas lograron abrirlo para comprobar que, aunque excitado, su estado de salud es bueno.

Consiguen el móvil del padre y se realizan varias llamadas que son cortadas. Tras varios intentos contesta, aunque los agentes no pueden mantener con él una conversación coherente "pues contestaba con monosílabos y palabras ininteligibles cortando nuevamente la conversación", apuntaron los agentes.

Así, transcurridos 40 minutos el individuo se acercó al lugar donde estaba aparcada la furgoneta tratando de pasar inadvertido. Los agentes le preguntaron por su relación con el menor y reconoció ser el padre.

Preguntado por la madre dijo que había salido a trabajar, aunque desconocía donde, para ir después con sus amigas. Se realizaron múltiples llamadas al número de teléfono de la madre aportado por el detenido sin recibir respuesta. El niño fue trasladado al Centro Materno Infantil de Oviedo.

Los testigos que realizaron la llamada manifestaron que primeramente intentaron localizar al padre y cuando transcurridos más de veinte minutos no les fue posible optaron por llamar a la Policía Local.

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