El sorteo ocurrió el 13 de agosto de 2011 en la pequeña localidad francesa de Chaise-Dieu, de tan solo 619 habitantes. El pueblo fue noticia en todos los periódicos, pero nadie apareció para recoger el premio de 8 millones. 

El semanario francés Le Point recoge como varias personas fueron a comprobar si ellos eran el ganador, pero ningún número coincidía con el premiado. Los noventa días de plazo para validar el premio pasaron y en 2013 volvieron a ponerse en juego los 8 millones.

A este nuevo sorteo se le llamó "El bote del desconocido". En esta ocasión el dinero fue a parar a la Polinesia Francesa, donde sí que reclamaron el premio.  Pero el dinero perdido por el primer ganador representa la mayor ganancia no reclamada en el país galo desde el nacimiento de la lotería en 1976. 

Por casos como este tanto Euromillones como Loterías del Estado piden que los jugadores revisen los boletos lo antes posibles tras la celebración de los sorteos.