Si estás leyendo esto, puede ser por dos opciones. La primera: no crees, ni por asomo, que las patatas fritas saludables puedan existir y estás interesado en rebatir nuestras teorías. La segunda: eres un realfooder (o estás camino de serlo) que no quiere renunciar a algunos de los manjares, la mayoría prohibitivos en lo que a calorías se refiere, que la gastronomía nos ofrece a diario. Y es que te resistes a incluir a las patatas fritas en ese único 10% de alimentos ultraprocesados que Carlos Ríos, gurú del movimiento realfooding, recomienda.
Lamentamos decirle al primer colectivo que vamos a darle razones, de sobra, para creer que unas patatas fritas (o cualquier otro alimento que se elabora mediante esa cocción) puede ser saludable… siempre y cuando se cuente con los aliados más indicados. En este caso, las freidoras sin aceite son nuestra salvación y es que las air fryers solo emplean una cucharada de esta grasa para una abundante ración de patatas.
Modelos y marcas hay muchos, pero el funcionamiento es el mismo en la mayoría. Estos pequeños electrodomésticos calientan el aire y lo hacen circular entre los alimentos a través de unos ventiladores que se han empapado de una fina capa de aceite. Con este tipo de cocinado, la grasa se puede disminuir hasta un 85%, sin renunciar al sabor característicos de las patatas fritas. Además, se limpian con facilidad, no manchan y la mayoría se puede introducir en el lavavajillas.
Vale, sabemos que, llegados hasta este punto, ya solo piensas en tener de inmediato una air fryer en tu cocina. Por ello, y para facilitarte la decisión, hemos buscado en Amazon tres modelos con los que no vas a poder resistirte a disfrutar de un manjar saludable y, además, te desvelamos nuestros trucos para conseguir las patatas fritas perfectas.
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Y ahora con la freidora, ¿cómo se hacen unas patatas fritas perfectas?
Lo primero de todo es escoger la patata adecuada, porque hay un tubérculo indicado para este tipo de cocción. Después, hay que intentar cortar la patata en bastones de entre 7 y 15 centímetros de largo por uno de ancho y lavarlos bien. De esta forma nos aseguramos que todas se hagan de la misma forma con el mismo tiempo de cocinado.
Se lavan para quitarles el almidón y se secan bien, puesto que la humedad les hace quedar poco crujientes y, por tanto, nada perfectas. Después, se introducen en la freidora siguiendo las instrucciones y, cuando se sacan, se deben dejar enfriar durante cinco minutos para que la textura sea perfecta. Por último, y como ya hemos eliminado calorías al freírlas en una air fryer, podemos darnos el capricho de echarles una pizca de sal. Eso sí, siempre al final y cuando se hayan enfriado.
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