¿Cuál es su primer recuerdo de Bilbao?

Intentando aparcar el coche por el centro con mi aita, siendo niño. Mi ama es de Indautxu, y ahí pasábamos horas buscando sitio.

¿La mejor banda sonora para pasear por la ciudad?

Por eso de que es una ciudad melancólica, elijo algo de Joy Division.

Cuando cierra los ojos y piensa en Bilbao ve...

Ahora veo una ciudad comodísima. Antes era más caos, con toda esa industria.

Otoño.

¿A qué huele Bilbao?

Recuerdo el olor de las calefacciones de carbón, hace muchos años. Ahora, pienso que cada esquina tiene un olor distinto.

¿A qué sabe?

A kalimotxo, a las fiestas.

¿Las mejores vistas de Bilbao?

Desde lo alto del monte Artxanda. Como el bilbaíno ese que fue a Artxanda para ver cómo era Bilbao sin él.

Ama de Bilbao...

Es una gozada vivir aquí. Ni muy grande ni muy pequeña. Me gusta su tamaño.

Pero le desquicia...

Se está donostiarizando. Cada vez se parece más a San Sebastián, pija y conservadora. Eso es un poco molesto.

Hace dos semanas, de San Mamés a Abando. Fui a trabajar en la composición musical de Pagafantas, la película que estoy dirigiendo ahora, y que hemos rodado por la ciudad.

¿Qué edificio no se cansa de admirar?

Una casa estrecha, entre Iparagirre y Gordóniz. De niño siempre me preguntaba cómo viviría la gente ahí dentro.

¿Una película sobre Bilbao?

Tu novia está loca, una buena comedia romántica.

¿Y un libro?

La Ciudad de la Lluvia. Es un libro de ilustraciones de mi tío Juan Carlos Eguilor.

Orgulloso.

Cuando está fuera, ¿qué es lo que más echa de menos?

La calidad de vida de la que se goza aquí.

BIO

Nació en Donostia en 1977. Su primer largometraje, Pagafantas, llega en marzo. Le nominaron a un Oscar por su corto.

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