El Jardín Americano, uno de los principales atractivos naturales de la Expo '92, permaneció cerrado durante aproximadamente 18 años hasta que en la primavera de 2010, gracias a una inversión de más 8,5 millones de euros cofinanciada entre la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) y el Ayuntamiento de Sevilla, reabrió sus puertas para su incorporación a la red de espacios verdes de la capital andaluza.

El remozado Jardín Americano, así, reabría como un corredor ribereño de 4,5 kilómetros de recorrido a orillas del Guadalquivir, con 400 especies de flora americana, como es el caso de sauces, fresnos, chopos o adelfas, y mil metros cuadrados más que el espacio original, dada la incorporación de jardines de plantas cactáceas y plantas crasas, si bien su posterior declive fue objeto de un intenso debate público y político.

AVISOS Y QUEJAS

En el verano de 2016, en ese sentido, la Asociación Amigos de los Jardines de la Oliva avisaba del "deterioro" de este espacio, reclamando "más vigilancia" y mejoras en el mismo, toda vez que tras diversos desperfectos, actos incívicos y la muerte de los peces que habitaban su lago, el recinto era objeto de nuevos trabajos de mejora y, tras un periodo cerrado, reabría sus puertas en el verano de 2018.

La mencionada asociación, en ese sentido, expone que había dejado de programar visitas a este enclave por la "imagen dolorosa" que presentaba, dado su "abandono, plantas que se habían secado por falta de riego, el vandalismo o la botellona".

Pero en una reciente visita, según el colectivo, los miembros del mismo apreciaron la "limpieza" de este espacio, "árboles más o menos cuidados, el estanque limpio y varios operarios conservando el umbráculo". Así, la asociación aplaude los "pasos para la recuperación" de este enclave, aunque ha avisado de aspectos por solucionar como la situación de personas que estarían pernoctando en el umbráculo del recinto, entre otros aspectos.