Dicho acuerdo, aprobado el pasado 5 de febrero y recogido por Europa Press, especifica que este inmueble "no está inscrito de forma singularizada en el Catálogo General del Patrimonio HistóricoAndaluz, aunque forma parte" del sector Santa Paula-Santa Lucía-SanHermenegildo del conjunto histórico artístico de Sevilla, sobre el que rige un plan especial de protección en el que esta construcción "figura como de interés tipológico C, como casa popular del siglo XVIII".
A tal efecto, la ficha de esta casa obliga a conservar "su fachada, primera crujía completa, tipo de cubierta, el patio y la disposición de la escalera", pesando además "una cautela arqueológica por estructuras históricas emergentes" y el entorno de protección declarado respecto a la muralla histórica de la capital andaluza, reconocida como bien de interés cultural (BIC).
En ese sentido, la Comisión Provincial de Patrimonio ha informado favorablemente sobre el proyecto al considerar que el mismo "no tiene incidencia alguna" sobre la muralla histórica, aunque avisando a la Gerencia de Urbanismo, encargada de aprobar o no la licencia de obras, de que "la propuesta no cumple con las determinaciones contenidas en la ficha de catálogo para ésta finca".
EL AUGE DEL TURISMO
Este proyecto, en cualquier caso, se suma a las múltiples licencias concedidas en los últimos tiempos para nuevos apartamentos turísticos o viviendas destinadas a tal fin en las plazas del Salvador, del Cristo de Burgos y de Santa Cruz y las calles Alhóndiga, Imagen, Vidrio, Conteros, Alfarería, Argote de Molina, Don Alonso el Sabio, Feria, Pastor y Landero, Campana, Hernando Colón, Santa Paula, Enladrillada, Torcuato Luca de Tena y la Alameda de Hércules, entre otras.
Tales proyectos vienen a incrementar la oferta de viviendas turísticas de la capital andaluza, donde el "Colectivo-Asamblea Contra la Turistización de Sevilla" y otras voces avisan de las consecuencias de la proliferación de la oferta turística.
Y es que según este colectivo, los datos del Instituto Nacional de Estadística correspondientes a julio de 2018 reflejaban que entonces había en Sevilla un total de 21.629 plazas hoteleras repartidas en 223 establecimientos; mientras que las viviendas con fines turísticos suponían 7.305 plazas repartidas en 3.441 pisos, sin contar con las viviendas con fines turísticos no regularizadas y por ende ajenas a las estadísticas.
"EXPULSIÓN" DE LA POBLACIÓN LOCAL
Como consecuencia de ello, según el colectivo, el casco histórico y Triana afrontan un "contexto de casi saturación" al ser "rebasada" la capacidad de absorción de turistas de tales entornos, lo que se traduce en una subida de los precios del alquiler en tales zonas y la consiguiente "expulsión de población de sus hogares" al no poder afrontar los precios de la vivienda.
Mientras a finales de 2018 el Consistorio emprendió gestiones para una modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que introdujese una primera regulación municipal sobre las viviendas turísticas, al objeto de tratarlas como "hospedajes terciarios" ceñidos a licencia de actividad, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) anuló íntegramente el Plan especial urbanístico de alojamientos turísticos (Peuat) promovido por el Consistorio de Barcelona.
Es por eso que el Ayuntamiento hispalense apuesta actualmente por afrontar el asunto desde la "seguridad jurídica", insistiendo en que aún no media una "jurisprudencia" definitiva del Tribunal Supremo respecto a las regulaciones de las viviendas turísticas.
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