El Senado de EEUU ha aprobado finalmente esta madrugada (hora española) un plan de rescate financiero de 700.000 millones de dólares, que incluye un extenso paquete de medidas destinadas a salvar de la crisis a las empresas de Wall Street. El texto aprobado contiene varias enmiendas cuyo fin es evitar un nuevo rechazo por parte de la Cámara de Representantes, que, previsiblemente, lo votará de nuevo este viernes.

El plan fue aprobado con 74 votos a favor, incluidos los de los candidatos presidenciales Barack Obama (demócrata) y John McCain (republicano), y 25 en contra. A falta de 34 días para las elecciones en Estados Unidos, y con la economía como principal asunto de la campaña, ésta era la última oportunidad para que pueda salir adelante el plan propuesto por la Administración Bush contra la crisis que está afectando gravemente a las entidades financieras de este país, y que amenaza con extenderse al conjunto de la población.

El plan original presentado por el presidente Bush pedía al Congreso, en apenas tres folios, poder inyectar 700.000 millones de dólares del Tesoro en activos hipotecarios en manos de bancos, lo que en términos prácticos supondría la mayor intervención pública desde la Gran Depresión de los años 30.

Entre las novedades introducidas destaca una cláusula que aumenta el seguro de los depósitos ante posibles quiebras de los bancos. También se contemplan mayores rebajas fiscales para particulares y pequeñas empresas. Se calcula que esta reducción de impuestos puede suponer unos 150.000 millones de dólares en los próximos 10 años.

El plan fue rechazado el pasado lunes por la Cámara de Representantes, provocando la mayor caída en puntos de la historia de la Bolsa de Nueva York, que bajó un 6,98%.