Mucha música, mucho color y mucha alegría en el carnaval de Río de Janeiro. Una fiesta que ha vuelto a llenar las calles de todo el país, aunque este año ha venido con cierta polémica. 

La presencia de un Jesucristo negro ha provocado ciertas críticas entre los sectores más religiosos. Pero aun siendo diferente al famoso Cristo Redentor, esto no ha impedido a los miles de brasileños y de turistas disfrutar de estos días del carnaval. 

Quienes están detrás de este peculiar Cristo es la escuela de samba Mangueira, que ya habían anunciado que este año la representación tendría "rostro negro, sangre de indio y cuerpo de mujer".

Mangueira, identificada por sus colores verde y rosa, ganó el trofeo del año pasado, con un "enredo" (tema) que homenajeó a Marielle Franco, la concejal negra asesinada en 2018.

La propuesta que han ideado este año representa a Jesús de vuelta al mundo en una favela de Rio y encarnado en una mujer negra con raíces indígenas que pide tolerancia. Los sectores más conservadores de la Iglesia no han visto con buenos ojos esto, aludiendo a que no se parece al Jesús de la Biblia.

El acto tampoco ha gustado al presidente de Brasil, a quien la escuela de samba también aludió al referirse a los "mesías con armas en la mano", en referencia al nombre completo del presidente, Jair Messias Bolsonaro.

Es bastante habitual que se incluyan reivindicaciones en el Carnaval de Brasil, que ya ha tenido anteriormente polémicas similares con los sectores más conservadores de la Iglesia.