El regreso de los botellones ha llevado al Ayuntamiento a vallar una parte del parque de la Alameda, próxima al campus sur, para evitar las aglomeraciones de jóvenes y los actos vandálicos.

Para empresarios y vecinos de la zona vieja y del Ensanche, esta medida no es suficiente y sólo provocará el cambio de ubicación de la fiesta.

El grupo de Gobierno local, a diferencia de lo que pasa en ciudades como A Coruña y Pontevedra, prefiere esperar al texto definitivo de la nueva Lei de Drogas de la Xunta para impulsar decisiones más contundentes.

Lo único que promete es un incremento de las patrullas policiales, que vigilarán los excesos de los estudiantes.

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