Tras dos años y medio desde su implantación, el Banco del Tiempo ha crecido en número de socios, que ya son cerca de 200, y pretende expandirse con una nueva sede en el barrio de La Pilarica, prevista para finales de año, que se suma a las ya existentes en el Barrio España y en La Victoria.

En total, 191 personas disfrutan de este sistema de intercambio de favores impulsado por el Área del Servicio de Acción Social del Ayuntamiento. De hecho, desde sus inicios se han producido 917 trueques y más de 1.400 horas intercambiadas (40 al mes).

La Victoria, La Rondilla, Las Delicias y la zona Centro son los barrios que más socios aportan al banco y el perfil medio es el de una mujer de entre 30 y 50 años con responsabilidades familiares y que está trabajando. «Al contrario de lo que se piensa, los socios no suelen tener tiempo libre», explica Juan Manuel Primo, secretario del Banco.

Mi hora por tu hora

Aquí el dinero pierde todo su valor y la moneda de cambio es el tiempo. Si tienes alguna habilidad que puedas compartir con los demás y necesitas de la ayuda de otros, éste puede ser tu lugar. Pero no hay que confundirlo con el voluntariado, ni se puede reclamar ningún servicio sin ofrecer otro.

Las posibilidades son infinitas, pero los servicios más ofertados son el acompañamiento a gente mayor, reparaciones domésticas o clases de francés. Y lo más demandado, los masajes o clases de informática.

Entre las cosas más raras destacan las clases de esperanto, conversaciones en árabe, japonés o chino, marcha nórdica o sesiones y terapias de relajación.

«Soy doblemente socio, como particular y como Asociación de Ayuda al Anciano, proque soy partidario de la ayuda mutua. Ofrezco llevar en coche a la gente, ayudar a ancianos, charlas... y pido masajes y cortes de pelo. He pedido cosas que aún no me han dado, como aprender a podar árboles frutales o que alguien me ayude con la web de la asociación. Faltan técnicos y especialistas».

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