El Gobierno mantiene su posición sobre Venezuela, en la que el año pasado reconoció a Juan Guaidó como "presidente encargado", a pesar de que este mismo miércoles el presidente, Pedro Sánchez, se ha referido a él en el Congreso a "líder de la oposición", una denominación que no tiene en cuenta el reconocimiento que su Gobierno le otorgó hace doce meses.

Además, Sánchez se ha referido así a Guaidó cuando la oposición todavía le reprocha por no haberlo recibido cuando estuvo en Madrid hace unas semanas, al contrario de lo que hicieron otros líderes políticos de la UE por su gira europea.

La vicepresidenta primera, Carmen Calvo, ha intentado deshacer la polémica a su llegada este miércoles a la comisión Constitucional del Congreso, para explicar las líneas de trabajo de su departamento en esta legislatura. "No hemos cambiado nuestra política", ha dicho sobre Venezuela.

La vicepresidenta ha aludido con esta frase al revuelo que han provocado por la mañana las palabras de Sánchez, que en la sesión de control al Gobierno ha llamado a Guaidó "líder de la oposición", cuando hace un año el Gobierno español lo reconoció como "presidente encargado de Venezuela", cuando el entonces presidente de la Asamblea Nacional venezolana se autoproclamó presidente. 

No solo Sánchez se ha referido a Guaidó en miércoles en la sesión de control. También lo ha hecho el ministro de Transporte, Jose Luis Ábalos, contra el que este miércoles ha arremetido la oposición por su encuentro hace unas semanas en Barajas con la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez. 

Además de varias preguntas parlamentarias, Ábalos ha hecho frente a una interpelación urgente del PP, en cuya respuesta el ministro se ha referido a Guaidó como "presidente encargado".

Tal y era la diferencia con cómo lo había llamado Sánchez minutos antes que la portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, se lo ha hecho notar y le ha pedido que aclare el Gobierno cómo llama a Guaidó.

Pocas horas después, Calvo no ha aclarado esta cuestión de denominación, pero ha insistido en que la posición del Gobierno "no ha cambiado" su política frente a Venezuela, que consiste en favorecer el diálogo entre las partes, auspiciado incluso por un grupo de contacto internacional, y en instar a la celebración en el país de elecciones "libres".