
El abuso de las bebidas energéticas basadas en la cafeína provoca, a largo plazo, problemas de salud para sus consumidores, según un estudio de la Universidad Johns Hopkins.
Este tipo de bebidas se han ido introduciendo en el mercado desde hace apenas una década, pero su consumo es cada vez mayor; por ello, los científicos han solicitado una mayor regulación en el control y etiquetado de estas bebidas. Pretenden que se haga como con el tabaco y que en los envases de estas bebidas se incluyan advertencias sobre los riesgos que puede suponer su consumo, tanto solas como en combinación con alcohol.
El contenido de cafeína en este tipo de bebidas varía según la marca, pero en la mayoría de los casos su porcentaje equivale al contenido de 14 latas de Coca-cola, explica Roland Griffiths, uno de los autores del estudio. Se trata de una cantidad de cafeína muy elevada que no causa daños si se trata de un consumo esporádico, pero que sí puede suponer un problema para aquellos que lo consuman habitualmente.
Las campañas publicitarias van dirigidas en especial los jovenes y promocionan que con estas bebidas los efectos mejoran el estimula el funcionamiento del cerebro y
"El alcohol añade otro nivel de peligro," dice Griffiths, "porque la cafeína en altas dosis puede dar a los usuarios una falsa sensación de bienestar que proporciona el incentivo para, por ejemplo, conducir un coche", lo que supone un gran peligro.
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