En rueda de prensa, el presidente de la Cámara ha afirmado que la subida lineal del salario mínimo está causando "bastantes trastornos", algo que, tal y como recordó, ya advirtió el Banco de España en un informe en el sentido de que la subida del salario mínimo podría dar lugar a la pérdida de muchos puestos de trabajo.

Santiago Sesé entiende que habría que hacer una reflexión antes de subir el salario mínimo porque no todos los territorios son iguales y porque las empresas tienen que seguir siendo competitivas. En este sentido, pone como ejemplo el sector agrícola y cómo en Portugal el salario mínimo está en 600 euros, lo que en su opinión podría dar lugar a una deslocalización.

Sesé señaló que desde la Cámara han pedido "constantemente" al Gobierno "prudencia" en la toma de decisiones, pues "hay que tomar acciones, hacer reformas, hacer cambios, pero con prudencia". Admite que hay espacio para la subida del salario mínimo, pero incide en que las empresas tienen una determinada capacidad y los territorios no son iguales.

Por su parte, la directora general de la Cámara de Comercio, Lola Pérez, opina que habría que apostar por una subida del salario mínimo de manera progresiva, pero teniendo en cuenta el lugar donde se realiza y el tiempo de empresa. Reconoce que resulta complicado hacerlo segmentado, pero lo ve necesario para buscar equilibrios.

En cuanto a cómo afecta la subida del salario mínimo al sector comercial, Santiago Sesé apuntó que cuanto más capacidad puedan tener los trabajadores, el consumo se debería activar, pero la cuestión es si esto se lo pueden permitir todas las empresas, que en España el 90% tienen menos de diez trabajadores.

Sesé sostiene que la subida del salario mínimo está afectando principalmente a las pequeñas empresas, y el problema que está generando es que habrá unos trabajadores que van a ganar más y otros que terminarán yendo al paro, por eso insiste en que hay que ser prudentes ante este tipo de subidas.

Lola Pérez aboga por aplicar una fórmula mixta, que pasa por subir los salarios pero, al mismo tiempo, bajar los costes de las empresas a la Seguridad Social. "Son fórmulas que hay que barajar y ver el equilibrio", apostilló.