Barreda afirma que las muertes del incendio de Guadalajara no podían haberse evitado

El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, aseguró hoy que la muerte de los once miembros de un retén forestal en el incendio de Guadalajara no se podría haber evitado aunque en el lugar se hubiera contado con los medios de extinción más sofisticados, ya que se produjo un fenómeno excepcional, un "fuego de explosión".

Barreda, quien informó ante el pleno de las Cortes de Castilla-La Mancha sobre el incendio que comenzó el pasado 16 de julio en Riba de Saelices (Guadalajara) y no que fue controlado hasta cinco días después, citó los informes elaborados por distintos especialistas y expertos.

Estos estudios señalan que las condiciones meteorológicas, climatológicas, de vegetación y topográficas en que se originó el fuego y debido a su velocidad de propagación e intensidad superaron la capacidad de los medios para atajarlo, porque hay incendios con determinadas características, como el de Guadalajara, para los que no hay posibilidades técnicas ni humanas de controlarlos.

El de Guadalajara, por tanto, no fue un incendio habitual, según los técnicos, prosiguió Barreda, y el fallecimiento de los once componentes del retén de Cogolludo se debió a un "fenómeno excepcional, un fuego de explosión" y no fue fruto ni de la imprudencia del retén, que tenía amplia experiencia, ni de la falta de medios, "porque más medios no hubieran impedido la tragedia".

El comportamiento explosivo del fuego (el efecto chimenea), explicó el presidente regional, es un fenómeno estudiado y origen de muchos incendios, y "esta parece ser la causa" de la muerte de las once personas que trabajaban en las tareas de extinción, según los indicios.

Cuando un incendio de copas pasa a superficie y afecta a todos los niveles se convierte en un incendio integral, al que si se suma la topografía y las corrientes anómalas, hace que el fuego se propague a una velocidad superior o cercana a la velocidad del sonido, por lo que cuando se produce una explosión en el monte, todos los medios son inútiles.

"Desgraciadamente, en el Rincón del Jaral, donde murieron once valientes y una persona resultó herida, se dieron todas las circunstancias" que hicieron que "la tragedia fuera inevitable", por lo que "fue una triste fatalidad la que ocasionó que once valientes perdieran la vida", dijo Barreda.

El presidente regional precisó que los once fallecidos no fueron temerarios al intentar atacar el fuego en ese lugar, ya que compañeros suyos le dijeron que hubieran hecho lo mismo, sino que en el lugar de la desgracia "el monte explotó" y recordó las palabras del herido, Jesús Abad, que contó cómo un huracán de fuego se les vino encima.

José María Barreda mencionó también informes de especialistas que indican que el origen del fuego de Guadalajara parece ser una negligencia al encender una barbacoa y "las condiciones meteorológicas hicieron el resto".

Hay unos parámetros que si se superan hacen la extinción imposible, y estos son los 30 grados de temperatura, una velocidad del viento superior a 30 kilómetros por hora y una humedad relativa del aire por debajo del 30 por ciento, "y estos valores se rebasaron en Guadalajara", con temperaturas de 33,6 grados centígrados, humedad relativa del 22 por ciento y velocidad del viento de 23 kilómetros por hora con rachas de hasta 50 y dirección cambiante.

Además, la especie arbórea que se quemó es la más inflamable y combustible, el pino resinero; el año ha sido seco y la topografía del lugar es abrupta, lo que hizo que el fuego en las primeras horas se propagara de forma muy rápida e imposibilitara el ataque directo por ineficaz y peligroso.

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