China aumenta la alerta por coronavirus: aísla otra ciudad entera, prohíbe funerales y paraliza el cine

Supermercado desabastecido en Hong Kong.
Supermercado desabastecido en Hong Kong.
JEROME FAVRE/EFE
Supermercado desabastecido en Hong Kong.

Con motivo de la emergencia sanitaria mundial producida por el coronavirus, cada vez son más los países que se suman a cerrar sus fronteras a la llegada de personas procedentes de China.

Según los últimos datos, el número de fallecidos se elevó este domingo hasta los 305 (46 más que el sábado), mientras que la cifra de infectados por esa enfermedad en territorio chino se situó en 14.380 (2.590 más que la víspera).

Hasta ahora todos los fallecidos se habían producido en China pero este domingo se ha confirmado que un hombre de nacionalidad china falleció este sábado en Filipinas, donde había viajado desde Wuhan, epicentro del nuevo coronavirus.

Las autoridades chinas han ordenado este domingo el cierre de carreteras y restricciones de movimiento en la ciudad de Wenzhou, la primera urbe que se encuentra fuera de la provincia de Hubei, epicentro de la epidemia de coronavirus.

Los nueve millones de residentes de la ciudad solo tendrán permitido mandar a un miembro de su familia fuera de la ciudad por asuntos de necesidad una vez cada dos días, y todos han recibido la recomendación de quedarse en sus casas excepto para buscar tratamiento médico o cuestiones de similar urgencia, según ha hecho saber el gobierno local en un comunicado.

Al mismo tiempo, se ha dado a conocer que el Gobierno central ha decidido asignar a 1.400 nuevos militares a la ciudad de Wuhan, el lugar donde comenzó la epidemia, para ayudar a los médicos en el tratamiento de los enfermos.

El contingente desempeñará su labor en el nuevo hospital de Huoshenshan, levantado específicamente para atender a un millar de pacientes de la epidemia, según informa la agencia oficial de noticias china, Xinhua.

China prohíbe funerales y establece protocolo para muertos por coronavirus

Los muertos por el coronavirus no podrán ser enterrados donde quieran sus familiares ni tampoco tener una ceremonia de despedida, después de que el Gobierno chino haya emitido hoy un estricto protocolo para el tratamiento de los cadáveres, como parte de sus esfuerzos por controlar el brote.

Los restos de los fallecidos infectados por el nuevo coronavirus deberán ser incinerados en una funeraria designada y cerca de donde están, no serán transportados entre diferentes regiones y no serán preservados por entierro u otros medios, apunta un protocolo emitido por la Comisión Nacional de Salud, el Ministerio de Asuntos Civiles y el Ministro de Seguridad Pública.

Las tradiciones funerarias como una ceremonia de despedida están prohibidas y los cuerpos deberán ser desinfectados y colocados en una bolsa sellada por trabajadores médicos y no se podrán abrir después del sellado.

Las funerarias deberán enviar personal y vehículos especiales para entregar los cuerpos de acuerdo con la ruta designada, y los cuerpos deben ser incinerados en crematorios designados, subrayó la directriz.

El coronavirus paraliza el cine chino y el mayor estudio del mundo

La industria cinematográfica también sufre la crisis del coronavirus y el estudio de cine más grande del mundo, el Hengdian World Studios, ha cerrado para frenar la expansión de un virus.

La empresa cinematográfica, que tiene un parque de atracciones que pueden visitar los amantes al cine en el municipio de Hengdian (Zhejiang, centro-este del país), anunció esta semana el cierre de dicho parque así como la paralización de varios rodajes de películas y series.

Todo ello para colaborar en la prevención de la expansión de la enfermedad que ya padecen 14.380 personas, la mayoría localizadas o relacionadas con la ciudad de Wuhan, en el estado de Hubei, epicentro del foco.

Se han paralizado "hasta nuevo aviso" producciones en los estudios de Hengdian así como en otras ciudades como Shanghái, Ningbo, Hainan, Hangzhou o Chongqing, una situación que reducirá considerablemente el número de productos audiovisuales rodados en China este año.

El sector cinematográfico será por lo tanto uno de los que más sufran las consecuencias del brote vírico, ya que además los cines de todo el país se encuentran cerrados desde hace días y han tenido que renunciar a una de sus épocas más lucrativas del año, las vacaciones del Año Nuevo chino.

Esta situación repercutirá también en los ingresos de las productoras internacionales y la cartelera mundial perderá millones por el colapso de la segunda industria cinematográfica más relevante del mundo.

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