Christofer es uno de los grandes protagonistas de La isla de las tentaciones. Su novia Fani, con la que acudió al programa, es una de las primeras chicas que fue infiel, y su reacción (el grito de "¡Estefanía!") al ver los vídeos se hizo rápidamente viral.

Su lamento no solo ha protagonizado momentos en programas como El hormiguero, OT 2020 o incluso en la gala de los Premios Goya, sino que también ha sido un grito muy recurrente en las calles. Un viral en toda regla.

Pero hay límites que no deberían sobrepasarse. Un usuario de Twitter subió un vídeo en el que un par de chicos acuden al restaurante donde trabaja Christofer para gritarle desde la puerta "¡Estefanía!". Mientras el participante de La isla de las tentaciones ignora los ruidos, otro camarero en la puerta se queda mirando con cara de '¿pero qué narices hacéis?'.

El tuitero explica en su mensaje que algunas personas "han ido al restaurante", por lo que en ningún momento declara que sea él el causante de esta broma de mal gusto. Pero las respuestas al tuit se están llenando de críticas a los artífices de este acto, que no puede sino clasificarse como acoso.

Aunque unos pocos destacan que es algo normal por exponerse en un programa de televisión, la mayoría destaca que es un claro "ataque" hacia él y que da "vergüenza" intentar molestar así a una persona que está trabajando.

Lo cierto es que, por mucho que Christofer haya salido en un programa de televisión y por mucho que su grito se haya vuelto viral, no hay ninguna excusa para acudir a su trabajo (invadir su vida privada) a importunarle de esa manera.

De hecho, tal y como muchos tuiteros indican, en el programa él es la víctima  que tiene que someterse a ver los vídeos de su pareja siéndole infiel. Es curioso como, mientras muchos empatizan con él (aunque les haga gracia el momento "¡Estefanía!"), otros solo ven en este grito una excusa para reírse y burlarse de una persona.