La Consejería de Transportes, Movilidad e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid está estudiando ampliar a todas las líneas el servicio de paradas bajo demanda para mujeres y menores en los autobuses interurbanos, cuyo proyecto piloto arrancó el pasado lunes en seis líneas que conectan la capital con otros municipios de la región como Fuenlabrada, Leganés, Parla, Las Rozas o Valdemoro.

Así lo ha asegurado este miércoles el consejero del área, Ángel Garrido, ante las preguntas de los periodistas en la presentación de la campaña de sensibilización ‘Muévete’ por la que Metro Madrid apoyará y concienciará sobre temas como el acoso online, la igualdad de la mujer o el respeto a la diversidad. "Es una medida pionera e interesante, si funciona y es evidente, lo extenderemos al resto de las líneas, todo lo que podamos hacer para evitar una exposición a riesgos no deseados de colectivos que hoy por hoy están más expuestos a una situación incómoda de violencia", ha subrayado Garrido.

El diputado de Ciudadanos recordó que de momento se encuentran volcados en conformar un protocolo de actuación lo más claro posible y que, en esta línea, las concesionarias del servicio de autobuses tendrán que enviar cada quince días un informe sobre este servicio para delimitar "cuántas personas lo piden, en qué líneas y en qué tramos es más común".

En este sentido, Garrido defendió que es "normal" que el primer día solo lo usasen cuatro personas, especialmente al tratarse de un colectivo reducido y aplicarse en un horario en el que no hay un uso "masivo de los autobuses"–entre las 0.00 y las 6.00 horas de la mañana–. "Hay servicios que hay que prestarlos independientemente del número de personas que los usen", recalcó el responsable de Transportes, quien matizó a continuación que "si no hay nadie" sí que se pararía.

La medida impulsada por el Gobierno regional tiene como objetivo que estos colectivos recorran por la noche en el regreso a sus domicilios la menor distancia posible y aportar así mayor seguridad a estos usuarios. Garrido no descartó ampliar la iniciativa en un futuro a otros colectivos, como mayores de 65 años o personas con discapacidad.

En concreto, las líneas nocturnas elegidas para la experiencia son: N-401 (Madrid– Valdemoro), N-802 (Madrid– Leganés), N-803 (Madrid– Fuenlabrada–Barrio del Naranjo), N-804 (Madrid– Fuenlabrada), N -806 (Madrid –Parla) y N-903 (Madrid– Monte Rozas). La evaluación de la experiencia se realizará durante al menos tres meses. Será el Consorcio Regional de Transportes (CRTM), el órgano que regula el transporte público en la región, el encargado de valorar de forma mensual la evolución del proyecto piloto. 

La información con la que contará este organismo saldrá de los informes que deben remitir cada 15 días los operadores de las líneas de autobús. Estos documentos deberán incluir información sobre el número de viajeros diario que hayan solicitado el servicio, diferenciado por tipo de usuario (mujer o menor), puntos precisos de parada solicitados, opiniones de los usuarios, posibles incidencias en el servicio y opiniones de los conductores sobre cómo afecta la prestación del servicio al desarrollo habitual del trabajo, entre otros.

Entre los requisitos para poder realizar la bajada es que exista una acera con anchura mínima 1,5 metros, que la parada no genere riesgo y que esté en tramo urbano. Además, hay comunicar al conductor con una parada de antelación el lugar de la parada y realizar la bajada por la puerta delantera.

La medida del Ejecutivo autonómico podría replicarse en pocos meses en los autobuses nocturnos de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Madrid, los conocidos como búhos. El delegado de Movilidad y Medio Ambiente del Ayuntamiento de la capital, Borja Carabante, calificó de buena la iniciativa y afirmó que estudiarán su implantación.