La Escuela Politécnica, entre los 9 proyectos piloto de Tragsa para evitar que se repitan inundaciones

El rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García, ha destacado este martes en Gijón que la Escuela Politécnica de Gijón trabaja con Tragsa en un plan preventivo para tratar de evitar que vuelvan a producirse las inundaciones de 2018 y que supusieron cinco millones de euros estimados en daños, de los que aún queda un millón por ejecutar.
Visita del rector y la gerente de la Universidad de Oviedo, Santiago García y Ana Caro, respectivamente, al Servicio de Prevención de Riesgos Laborales y Salud Laboral en la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón (EPI)
Visita del rector y la gerente de la Universidad de Oviedo, Santiago García y Ana Caro, respectivamente, al Servicio de Prevención de Riesgos Laborales y Salud Laboral en la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón (EPI)
EUROPA PRESS
Visita del rector y la gerente de la Universidad de Oviedo, Santiago García y Ana Caro, respectivamente, al Servicio de Prevención de Riesgos Laborales y Salud Laboral en la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón (EPI)

Así lo ha señalado, en declaraciones a los medios de comunicación con motivo de la inauguración de las instalaciones del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales y Salud Laboral en la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón (EPI), en los que ha estado acompañado de la gerente de la Universidad de Oviedo, Ana Caro, y el director de la EPI, Juan Carlos Campo.

García ha señalado, respecto a la inauguración de este día, que con la recuperación de este servicio de prevención se aprovechó para prácticamente renovar todo. Asimismo, ha indicado que la semana que viene estará activo, sino lo hace ya en próximas días. Un servicio del que se trabaja sin cita previa y al que pueden acudir los trabajadores de la Universidad indistintamente aquí o en Oviedo-

Según el rector, se invirtieron unos 22.000 euros en recuperar el servicio, del que ha opinado que está "bien". No en vano, ha resaltado que es "un paso más" en la recuperación de los daños causados por la entrada de agua a la facultad.

Faltaría, en este caso, una inversión por un millón, mientras que llevan entre 3,5 y 3,8 millones euros ya gastados. Ha insistido, asimismo, en la importancia de tomar preocupaciones para que no vuelva ocurrir. Eso sí, ha querido ver el lado positivo y ha indicado que está mejor organizado el servicio y todo es nuevo, a lo que ha añadido que queda ahora funcionar para recuperarse.

Sobre la inversión restante, ha señalado que están en negociaciones con Principado. "De momento no tenemos fortuna", ha lamentado, respecto a poder completar lo que queda, que es sobre todo equipamientos de laboratorios. Ha recalcado, además, que los solo cubrieron parte, unos 2,7 millones de euros.

En cuanto a evitar que de repita, ha señalado que están trabajando con la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) para hacer un plan preventivo y espera que a través del pozo de tormentas que está construyendo el Ayuntamiento de Gijón eso ayude. Al margen de ello, estaría el plan de contingencias en el que trabajan junto con Tragsa.

Respecto a esto último, la gerente ha indicado que Tragsa está haciendo nueve proyectos piloto en España, cada uno con distintas características. En el caso de la EPI, el problema vino derivado de tres causas; la lluvia, el desbordamiento del río Peñafrancia y la afloración de agua del subsuelo. "Hay que ver las soluciones más óptimas", ha recalcado.

Caro, por otro lado, ha incidido en que queda la liquidación del Consorcio de Compensación de Seguros, pero no esperan más dinero que el entregado hasta ahora. Ha remarcado, en este caso, que los seguros no resarcen "nunca" al 100 por ciento el daño.

Por este motivo, ha apuntado que se confeccionaron "presupuestos bastante ajustados" y se trató de buscar lo mejor y más económico, pero que diera las mejores prestaciones para optimizar los recursos que se tenían. También ha señalado que hay muchas tecnologías que han evolucionado positivamente a lo largo de los años y que es más barata su adquisición ahora que cuando se hizo.

Además, la cámara anecoica -sala aislada acústicamente- se trasladó al piso de arriba para que esté preservada de inundaciones. Con todo, ha insistido en que se trabaja en buscar soluciones a medio y largo plazo para que no se vuelva a producir. Eso sí, ha mostrado gran satisfacción por poder enseñar cómo se han recuperado en poco tiempo las instalaciones.

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