El coordinador del dispositivo policial el 1-O, Diego Pérez de los Cobos, ha dejado este martes claro que siempre quisieron "ir de la mano" de los Mossos d'Esquadra para impedir el referéndum en Cataluña y "no romper la baraja" ni la coordinación.

Lo ha dicho el coronel de la Guardia Civil en su declaración como testigo, por segundo día consecutivo, en el juicio en la Audiencia Nacional contra la cúpula de los Mossos por su actuación el 1 de octubre de 2017, con el mayor Josep Lluis Trapero como principal acusado.

En respuesta a las preguntas de la defensa de Trapero, ha vuelto a insistir en que más que los planes de los Mossos para cumplir el mandato judicial de impedir la consulta, lo que le preocupaba como coordinador del dispositivo era la "voluntad" de la policía autonómica de llevarlo a cabo.

"Mi verdadera preocupación era la voluntad de los Mossos más que el detalle de cómo lo iban a hacer", ha enfatizado Pérez de los Cobos, que, según ha dicho, llegó a preguntar hasta tres veces al comisario Ferran López, segundo de Trapero, si había voluntad de cumplir las instrucciones de la Fiscalía.

La última vez que se lo preguntó fue el 30 de septiembre, un día antes de la convocatoria, y Ferran le respondió que podía estar tranquilo y que no tuviera duda alguna de la actuación de los Mossos. De todos modos, el coronel tenía claro que "la manera ideal" de abordar el asunto era "de la mano de los Mossos, siendo conscientes de que probablemente no pondrían toda la carne en el asador".

La hipótesis con la que trabajaban las fuerzas de seguridad del Estado es que "siempre que era mejor llegar hasta el final de la mano de los Mossos, aunque estos fueran al 40, 50 o 60 por ciento, que romper la baraja y romper esa coordinación". "Nos equivocamos", ha lamentado.

Pérez de los Cobos ha censurado el tono que utilizaba Trapero en las reuniones, con intervenciones "todas del mismo estilo", de poner siempre "pegas a los requerimientos y mandatos". Y ha revelado que personalmente estaba mucho mas cómodo con Ferran López que con Trapero. Pese a ello, el coronel cree que la ausencia del mayor a las reuniones de coordinación que se convocaban suponían un "desdoro" y un "desaire".