La decisión del presidente del Parlament, Roger Torrent, de acatar el fallo del Supremo e inhabilitar a Quim Torra como diputado hizo saltar este lunes por los aires la ya castigada relación entre los socios de gobierno de JxCat y ERC.
Como era previsible, la jornada fue tensa pero esta vez los independentistas no encontraron ninguna fórmula que permitiera disimular sus diferencias, y dejan bloqueado el Parlament y la legislatura prácticamente finiquitada. A primera hora de la mañana el secretario general del Parlament, Xavier Muro, ordenó a los servicios jurídicos de la cámara "realizar todos los trámites necesarios para hacer efectiva la pérdida de la condición de diputado" del presidente de la Generalitat, Quim Torra.
A mediodía la Mesa del Parlament avaló las instrucciones del secretario general de la cámara para hacer efectiva la pérdida de la condición de diputado de Torra. La Mesa, en cambio, no cuestionó la continuidad de Quim Torra como presidente de la Generalitat, ya que asume el informe de los letrados de la cámara que avala que pueda seguir ejerciendo sus funciones presidenciales aunque pierda la condición de diputado.
Paralelamente, los grupos de JxCat, ERC y la CUP mantuvieron diversas reuniones para intentar consensuar una postura unitaria del independentismo de cara al pleno de la tarde. No fue posible. Mientras ERC apostó por «dejar en suspenso» el voto de Torra para defender así la «soberanía» de la cámara catalana y evitar una «desobediencia estéril y simbólica»; JxCat condicionó la continuidad del Govern y la aprobación de los Presupuestos a que Quim Torra siga siendo diputado.
Y fue en el pleno que comenzó a las 15.00 donde se escenificó la ruptura hasta el punto que los diputados y consellers de JxCat se pusieron en pie para aplaudir a Torra mientras que los republicanos permanecían sentados en su escaño.
Al inicio de la sesión, el president del Parlament, Roger Torrent, advirtió al presidente de la Generalitat, Quim Torra, de que su voto no será contabilizado para no comprometer la validez de las decisiones de la cámara catalana. Torrent señaló que el fallo de la JEC es "injustificable" y que el Parlament trabajará por revertirlo y reconoció también su cargo como presidente de la Generalitat; pero defendió que debe proteger al conjunto del Parlament porque las votaciones podrían no ser válidas si se cuenta el voto de Torra ilegalmente.
Tras las palabras de Torrent, el presidente de la Generalitat pidió la palabra y exigió a Torrent que "garantice" sus derechos como diputado porque, de no ser así, "se pondrá en riesgo la continuidad de las instituciones", advirtió Torra visiblemente enojado. El presidente del Parlament se mantuvo en su decisión, lo que motivó que el grupo de JxCat renunciara a votar en el pleno en solidaridad con el presidente catalán y esto provocó que los Presupuestos del Parlament fueran rechazados por primera vez desde el restablecimiento de esta institución.
A las puertas del Parlament un centenar de personas convocadas por la ANC y los CDR se concentraron para protestar por la retirada del acta de diputado a Torra. La protesta se trasladó a la plaza Urquinaona donde una decena de encapuchados quemaron contenedores.
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