El grueso del turismo de Barcelona, una ciudad de unos 100 kilómetros cuadrados, se concentra durante todo el año en un radio de entre 15 y 20 kilómetros cuadrados cuando «Barcelona tiene mucho más que ofrecer», ha  asegurado este lunes el regidor de Turisme del Ajuntament, Xavier Marcé. 

Para liberar al centro histórico de tanta presión de visitantes, el consistorio ha presentado una Mesura de Govern con la que quiere atraer a los turistas hacia otros focos de interés de la capital catalana. 

Se pretende ampliar el perímetro turístico, concentrado en 7 Espacios de Gran Afluencia Turística (EGA), que comprenden también las playas, el Camp Nou, el Park Güell o el Turó de la Rovira (y que ocupan el 12,6% del territorio barcelonés) y llegar a Montjuïc, promovido como distrito museístico; Collserola como espacio deportivo y de actividades ecológicas; Poblenou como barrio creativo por la gran cantidad de empresas tecnológicas y artísticas que alberga u otras áreas dedicadas a las artes escénicas o a la divulgación científica, incluso en el área metropolitana y la provincia.

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Se busca un cambio «del turismo pasivo, movido por el clima o por el patrimonio histórico, a un turismo más activo y aspiracional con carácter cultural, deportivo, científico o creativo», ha detallado Marcé.

Reducir a la mitad los autocares turísticos en plaza de Catalunya

Esta estrategia de descongestión también afectará a los autobuses turísticos y a los autocares discrecionales que dejan a los visitantes de un día en puntos neuralgicos como la plaza de Catalunya o la Sagrada Família. 

«Pondremos orden a la movilidad turística», ha añadido el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, con un plan con dos patas: por una lado, un cambio en el modelo de bus turístico que se presentará el próximo mes de febrero y que podría incluir una reordenación de paradas y, por otro, la reducción a la mitad de los autocares que dejan a los pasajeros en la plaza de Catalunya. 

Cada visitante hizo un gasto diario medio de 195 euros, un 5,3% superior al de 2018

Este replanteamiento irá acompañado, ha remarcado Marcé, del de las líneas de autobuses ordinarias de la ciudad.

La recaudación municipal de la tasa turística se destinará este año «a promover un turismo de calidad y sostenible que fomente este cambio de modelo turístico», ha afirmado Collboni.

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El edil socialista ha destacado, al mismo tiempo, las buenas cifras turísticas alcanzadas durante 2019, cuando Barcelona recibió un total de 11.977,277 turistas, un 5% más que en 2018, y cerca de 33 millones de pernoctaciones, un 5,6% más, en hoteles y apartamentos turísticos de la capital. 

Cada visitante hizo un gasto diario medio de 195 euros, un 5,3% superior al de 2018, confirmando el volumen más grande de actividad turística desde que el Ajuntament recoge estos datos. 

«Son números que demuestran la fortaleza del sector turístico y es la base sobre la que queremos hacer el cambio de modelo, que va en la linea de la sostenibilidad y la calidad», ha dicho Collboni.

Récord de contratos en el sector a costa de una mayor temporalidad 

Por primera vez se han creado 100.000 puestos de trabajo en el sector turístico (entre allojamientos, restauración, operadores turísticos y agencias de viajes) que suponen el 9,1% del total de ocupación de Barcelona. 

Aunque este crecimiento  de 2019 vino de la mano del aumento de la contratación temporal, de un 15,7%, mientras que la indefinida bajó un 20,6%.

Todos los meses del año pasado experimentaron un auge de la cifra de turistas excepto el mes de diciembre, que recogió un ligero descenso del 0,1%. 

El 36% de los visitantes se concentraron entre los meses de temporada alta, de junio a septiembre. 

Un 47% de los visitantes son repetidores 

El hecho de que casi la mitad de los turistas que nos visitan (un 47%) sean repetidores en la ciudad juega a favor de planes para atraerlos fuera del centro ya que, en nuevas visitas, buscan nuevas atracciones urbanas y estímulos diferentes a los iconos que ya conocen. 

En esta categoría también entran el 30% de viajeros de negocios y el 20% de cruceristas de los que se puede prever su estancia «con anticipación».