El ahora detenido, que tiene 34 años, fue visto paseando con Samira los días previos a su desaparición y los investigadores sospechaban que salían juntos.

Ese detalle los puso desde el principio tras su pista, aunque también tenían abiertas otras líneas de investigación. Los agentes del grupo de homicidios vigilaban sus pasos  de cerca y ayer, a eso de las cuatro, se presentaron en su domicilio (que está cerca del de los padres de ella).

Al registrar la casa, los policías dieron con el cuerpo sin vida de la chica, que estaba seccionado.

El presunto homicida permanecía anoche en la Jefatura Superior de Policía, donde fue interrogado. Su declaración no ha trascendido.

Carteles por la ciudad

La familia de Samira había empapelado Valencia con su foto desde que salió de casa el 31 de mayo y no regresó. En los carteles explicaban que era sorda, pero que sabía leer los labios y conocía el lenguaje de signos. El 2 de junio denunciaron su desaparición. La búsqueda terminó ayer.