Podemos se apunta la subida del SMI y el PSOE se enreda con la sedición y Venezuela en los primeros días de trabajo del Gobierno

  • Iglesias se atribuye el pacto con la patronal y eclipsa la subida de pensiones y sueldos públicos que prometió Sánchez.
  • Podemos queda al margen del polémico encuentro entre Ábalos y la vicepresidenta de Venezuela.
Pedro Sánchez,felicitado por Pablo Iglesias.
Pedro Sánchez,felicitado por Pablo Iglesias.
Juan Carlos Hidalgo / EFE
Pedro Sánchez,felicitado por Pablo Iglesias.

Una vez que ha empezado a trabajar, el Gobierno es uno y no una unión de ministros de distintos partidos. Esta es la idea que desde hace dos semanas se esfuerzan por trasladar sus portavoces, que "ya no hay ministros de Podemos y socialistas", según la portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero. Sin embargo, esta semana, la primera de trabajo ordinario del Gobierno, se salda con una evidente grieta entre unos y otros, con un claro ganador.

Unidas Podemos ha capitalizado y personificado en la figura de su líder, Pablo Iglesias, el acuerdo con la CEOE para subir el salario mínimo interprofesional (SMI). El PSOE se ha llevado la peor parte, saltando de polémica en polémica. Los planes para suavizar el delito de sedición empezaron a amainar con el polémico encuentro entre el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, y la vicepresidenta de Venezuela, Delcys Rodríguez, de madrugada en el aeropuerto de Barajas.

El año pasado, Unidas Podemos ya se atribuyó el mérito de haber conseguido desde fuera del Gobierno la subida del salario mínimo a 900 euros. Y ahora, estando dentro del Ejecutivo, la formación morada ha podido apuntarse el tanto de haber elevado la cuantía a los 950 euros de la mano de la negociación con sindicatos y patronal coordinada por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, muy próxima a Iglesias.

Iglesias explica la subida del salario mínimo

Buena muestra del interés del vicepresidente segundo en quedar vinculado a esta medida es que, unas horas antes de que se anunciara, ya dejaba caer que "muy pronto" los trabajadores tendrían "una buena noticia". Y, en esa misma intervención, aseguró que había hablado personalmente con los líderes de la CEOE, UGT y CCOO, Antonio Garamendi, Pepe Álvarez y Unai Sordo, respectivamente.

A la mañana siguiente al anuncio, fue Iglesias quien lo defendió en El programa de Ana Rosa y quien planteó que el aumento del salario mínimo da "dignidad a la clase trabajadora", aunque también afirmó que la decisión se había tomado “en coordinación” con el Ministerio de Economía de Nadia Calviño.

En comparación, la atención mediática que ha generado la subida del salario mínimo ha sido mayor que la provocada por otra de las medidas de carácter social tomadas por el Gobierno durante su primera semana de funcionamiento a pleno rendimiento: el aumento del 2% en el sueldo de los funcionarios. Muestra de ello es que, aunque el presidente Pedro Sánchez anunció esta subida de los salarios públicos en una entrevista en TVE, la noticia quedó en un segundo plano tras la confirmación de que su reunión con el president catalán Quim Torra se producirá la primera semana de febrero.

La sedición y Venezuela

Frente a esto, el PSOE ha pasado la semana enredado con dos asuntos que, al contrario que a Unidas Podemos, le ha dado réditos muy negativos.

Cuando el miércoles pasado el Gobierno, los empresarios y los sindicatos acordaron subir el salario mínimo de 900 a 950 euros, Sánchez, su vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y la portavoz de su Gobierno, María Jesús Montero, llevaban dos días a vueltas con los polémicos planes para suavizar en el Código Penal el delito de sedición por el que fueron condenados los responsables políticos del 1-O.

La crisis política en Cataluña es ya de por sí un tema sensible, que Sánchez ha asumido casi en persona en este nuevo mandato. También lo es todo lo relacionado con ella y, a ojos de la oposición, una modificación a la baja de la sedición constituye un “indulto encubierto” del líder de ERC, Oriol Junqueras, y del resto de políticos catalanes.

El portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, dijo estar totalmente de acuerdo con suavizar la sedición, pero la polémica ha recaido inevitablemente sobre los miembros del PSOE del Ejecutivo. Sánchez abrió la espita el lunes; el martes Montero aseguró que del Consejo de Ministros no saldría una propuesta en ese sentido sino eventualmente del grupo socialista del Congreso y el miércoles Calvo aseveró que esta cuestión no entra en la negociación con los independentistas en la mesa de diálogo. No amainó y ya el jueves la portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra, continuó haciendo aclaraciones.

Ese mismo día una polémica dio paso a otra. El denominador común es que afecta de lleno al PSOE, con el 'agravante' de que el epicentro es Venezuela, un tema tradicionalmente más complicado para Unidas Podemos.

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