Nueve razones por las que convivir con un animal nos hace sentir mejor

  • Evitan el sedentarismo de sus dueños, fomentan la responsabilidad y son un antídoto contra el estrés.
  • En España hay 13 millones de mascotas registradas. De ellas, el 93% son perros y el 6% gatos.
Mascotas
El número de mascotas ha aumentado en un 40% durante el último lustro.
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Es una realidad. En España hay ya más animales de compañía que niños menores de 15 años. El estilo de vida moderno, la reducción de la natalidad y la soledad en las ciudades son algunos de los motivos por los que el número de mascotas ha aumentado un 40% durante el último lustro.

A finales del 2018, un total de 13 millones de animales habían sido debidamente registrados por sus dueños, de los cuales, un 93% eran perros, un 6% gatos y, el resto, en su mayoría, conejos. Por supuesto, está la otra cara de la moneda, la triste realidad que sufren las mascotas abandonas, que ese mismo año - según un informe elaborado por la Fundación Affinity a partir de datos aportados por las protectoras- ascendió a más de 138.000 perros y gatos.

No está de más recordar que tener en casa un animal de compañía no puede ni debe ser el resultado de un capricho ni convertirse en un objeto de ‘usar y tirar’ a la mínima de cambio. Su adopción o compra necesita meditarse detenidamente y hay que ser conscientes de que convivir con ellos va a traer consigo numerosas obligaciones y responsabilidades.

Sin embargo, una vez asumido el reto, tenerlos cerca puede convertirse en la mejor de las recompensas y, de paso, implicar, según afirman los expertos, muchísimos beneficios para la salud física y mental de sus dueños. Estos son algunos de los más importantes:

Incrementan la vida social

Sacar a pasear a la mascota puede tornarse en la excusa perfecta para socializar más. Es una estampa habitual encontrarse en los parques o plazas con corrillos de dueños que comparten conversaciones sobre su cuidado y educación y que, a la larga, darán pie a nuevas relaciones de amistad.

Fortalecen el sistema inmunológico

Según un estudio finés publicado en 2012 por la publicación estadounidense Pediatrics los niños que conviven con gatos o perros tienen un 30% menos de posibilidades de presentar síntomas de infecciones respiratorias y alrededor de la mitad no sufrirá infecciones de oído.

Evitan el sedentarismo

Fuera perezas. Los animales domésticos son una fuente constante de motivación. Sacar a pasear al perro y algún que otro gato (que cada vez se ven más con arnés por la calle, todo sea dicho) se convierte en una oportunidad perfecta para hacer ejercicio y activar las piernas al menos dos veces al día. Correr junto a ellos por el parque, lanzarles la pelota, hacer senderismo o, incluso, nadar en la playa. No hay actividad física que se les resista.

Fomentan la empatía

Está demostrado que convivir desde pequeños con una mascota fomenta la capacidad de empatía, el respeto y la sensibilidad hacia otras personas y animales durante la edad adulta.

Favorecen la organización y el sentido de la responsabilidad

Toda mascota requiere de unas rutinas, sobre todo en los que respecta a su alimentación, aseo, paseos o salidas al veterinario. Planificar el resto de la agenda en torno a ellas puede ser un buen método para organizarse diariamente y, al mismo tiempo, para adquirir una serie de responsabilidades.

Reducen el sentimiento de soledad y estrechan lazos de amistad

Su compañía es la más desinteresada que existe. Están junto a su dueño siempre que lo necesita y se convierten en leales amigos hasta el final de sus días. No todos los humanos pueden decir lo mismo. Convivir con una mascota ayuda, además, a que las personas se sientan, en cierto modo, más protegidas.

Refuerzan la autoestima

Según un estudio realizado por científicos de las universidades de Miami y Saint Louis tener una mascota refuerza la autoestima de sus dueños al provocar en ellos la sensación de sentirse útiles y responsables de sus animales.

Incrementan el sentimiento de felicidad

Pasar un rato jugando o haciendo carantoñas a una mascota provoca un aumento de oxitocina y estimula la producción de serotonina y dopamina. Todas estas hormonas favorecen los estados de felicidad y alegría.

Antídoto contra el estrés y la depresión

Un equipo de la Universidad de Commonwealth en Virginia (EEUU) realizó hace algún tiempo un estudio que medía la ondas cerebrales de distintos dueños de perros antes y después de pasar un rato con ellos. El resultado fue concluyente, acariciar con frecuencia a una mascota ayuda a reducir la posibilidad de sufrir trastornos como el estrés, la ansiedad y la depresión. Por algo en Japón tienen tanto éxito los llamados Cafés de Gatos.

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