La sentencia del Supremo rechaza los recursos de todos los acusados, que intentaron rebajar la condena alegando haber confesado los hechos y, en el caso de una mujer, haber sido condenada solo por ser esposa de uno de los implicados.

Los condenados, ciudadanos chinos residentes en España, acordaron capturar al hijo de un compatriota residente en Mairena del Aljarafe (Sevilla) y exigir a su padre una cantidad de dinero que repartirían entre ellos, según la sentencia.

Para ello, compraron a un chino de identidad desconocida una copia de la llave de la vivienda y, en la noche del 5 de septiembre de 2004, tres de ellos penetraron en el domicilio, donde se encontraban solo el niño y una prima de 14 años.

Los procesados amordazaron a la joven con cinta adhesiva y al niño le ataron las manos, le envolvieron en una manta y le introdujeron en el maletero de coche.

El niño fue conducido a una finca de Alhaurín de la Torre (Málaga), donde permaneció tres días en un zulo de dos por dos metros, donde se ubica la depuradora de una piscina y tapado por una chapa metálica.

Los secuestradores, que exigieron noventa mil euros, fueron localizados gracias a una intervención del teléfono móvil utilizado, lo que permitió una entrada policial en la finca, que concluyó con la liberación del menor.