Emprender con éxito: ¿qué es necesario?

Estar en paro y tener que salir adelante, compatibilizar la vida personal y profesional, no estar conforme en la empresa en la que uno trabaja, tener libertad de horario, no depender de ningún jefe... 

Los motivos para emprender son dispares y válidos en todas sus formas, pero es cierto que antes de iniciarse en el mundo del emprendimiento hay que tener en cuenta otros elementos igual de importantes: la motivación y el espíritu emprendedor, entendidos como la capacidad inconformista y optimista de la persona que decide emprender, aceptando la incertidumbre y no contemplando el fracaso como algo negativo.

Además de la actitud -que cada persona puede desarrollar de diferentes maneras-, para ser emprendedor hay que tener la capacidad de poner en marcha el proyecto planteado. Para ello, es necesario tener en cuenta cuatro factores clave: la idea, la planificación, los recursos y la gestión. 

En primer lugar, es preciso establecer un objetivo, preguntarse por qué alguien va a escoger mi producto y no otro, construyendo una ventaja competitiva. A partir de ahí comienza a desarrollarse la fase de planificación, donde se valora todo lo necesario para llevar a cabo la propuesta innovadora, teniendo en cuenta los recursos disponibles y también la gestión, tanto a nivel financiero como económico, de personal y de clientes. Más adelante llega la creación de un plan de negocio y de viabilidad de la empresa, así como la búsqueda de financiación y los trámites legales.

Aunque cada proyecto y cada emprendendor tiene unas necesidades específicas y hasta la fecha no existe una formación reglada y regulada sobre emprendiemiento, cada vez hay más iniciativas legislativas orientadas a su regulación y a maximizar la probabilidad de éxito, como cursos de iniciación empresarial o de elaboración de proyectos, así como foros y seminarios que pueden ser de utilidad para entrar con garantías en el mundo emprendedor.

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