El estreno de Puigdemont y Comín en el Parlamento Europeo: indiferencia, rechazo al debate y guiños con Farage

La imagen que compartió el eurodiputado de Brexit Party, Nigel Farage, con Puigdemont en el Parlamento Europeo.
La imagen que compartió el eurodiputado de Brexit Party, Nigel Farage, con Puigdemont en el Parlamento Europeo.
TWITTER / NIGEL FARAGE
La imagen que compartió el eurodiputado de Brexit Party, Nigel Farage, con Puigdemont en el Parlamento Europeo.

"Es muy extraño que se rechace una blue card en los plenos" del Parlamento Europeo. Sirve esa frase pronunciada por una fuente comunitaria a 20minutos para iniciar la historia de cómo fue el estreno de Carles Puigdemont y Toni Comín en la Eurocámara. Desde el gallinero, su influencia fue nula. Sí, llevan poco tiempo, pero el suficiente para saber que su presencia en Estrasburgo causó más indiferencia que otra cosa. Ambos ocupan sitios en el gallinero, donde se ubican los no inscritos. Y el primer poso que dejaron fue bastante negativo: rechazaron el debate.

Lo primero que hizo Puigdemont, además de sacar un cartel que pedía la libertad de Oriol Junqueras, fue pedir un mecanismo europeo de autodeterminación. Si el cartel duró desplegado ocho segundos, la petición no fue casi ni escuchada por el resto de la Cámara. Levantaron Dolors Montserrat y Luis Garicano sus tarjetas azules para debatir con el político huido, pero cuando este fue preguntado por si aceptada la interpelación, la respuesta fue clara: "No". Y eso no suele pasar. Ni siquiera en temas como el brexit se evitaron los debates.

Toni Comín hizo lo propio con Soraya Rodríguez y de nuevo Montserrat. No quisieron el intercambio. A sus reivindicaciones se unió la performance previa a su estreno en el Parlamento Europeo. Torra, Artadi o Torrent les recibieron y luego miraron desde la tribuna de invitados. De hecho, fueron casi los únicos que aplaudieron las palabras de Puigdemont. El resto, silencio. Las instituciones comunitarias mantienen lo ya sabido: el independentismo es un asunto que debe tratar España internamente.

Ya en miércoles, Puigdemont si aceptó el debate con Montserrat. A la segunda fue la vencida. Sobre el futuro de Europa, el eurodiputado -a la espera del suplicatorio- volvió a hablar de autodeterminación. La respuesta de la líder popular en la Eurocámara fue dura. "Usted es un prófugo de la Justicia" que, además, "robó dinero". Mientras, Carles Puigdemont apeló a su "presunción de inocencia". Bronco, sí, pero indiferente para el resto.

También para los Verdes, que no quieren a Puigdemont y Comín en su familia política, de la que además es vicepresidente el propio Junqueras, a pesar de que está inhabilitado. De hecho, la invitación de ALE a los dos, por ahora, no inscritos es que se unan al grupo de Conservadores y Reformistas (ECR) en el que están los separatistas flamencos (casi únicos aliados del independentismo catalán en la UE) y también Vox.

Con todo, el camino elegido por Puigdemont sí parece gustar en el euroescepticismo. Buena prueba de ello fue la breve conversación que mantuvo el expresident con Nigel Farage. El principal motivador del brexit recibió con los brazos abiertos a los eurodiputados secesionistas. "Se les ha tratado injustamente, ¿será porque son euroescépticos?", se cuestionó en las redes sociales el británico. Él fue el único 'amigo' que parecieron hacer Puigdemont y Comín en su estreno en Estrasburgo. Amistades peligrosas si se quiere defender la UE, pero positivas si lo que prima es el discurso nacionalista, como parece.

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