Respirar aire de mala calidad es algo cada vez más habitual en Granada. Según se desprende de los informes de la Consejería de Medio Ambiente, en los tres meses de este verano (junio, julio y agosto), los granadinos hemos sufrido una atmósfera con índices anormales de partículas durante 65 días, es decir siete de cada diez. De ellos, en 15 jornadas la calidad del aire fue muy mala.

Aunque la contaminación atmosférica de la ciudad ha mejorado con respecto al verano pasado, cuando se registraron 73 días con aire nocivo, la situación es peor a la de otras provincias como Córdoba (28) o Málaga (53).

Granada cuenta con tres medidores tomando datos durante las 24 horas del día. Están situados en el Campus de Cartuja, la zona Norte y los Paseos Universitarios. Esta última estación, ubicada en pleno centro, es la que suele registrar mayores índices en contaminación por ozono, que está directamente relacionado con los gases que emiten los tubos de escape de los coches.

Según Ecologistas en Acción en Andalucía, la falta de precipitaciones, que en verano es aún más acusada, evita que la atmósfera se limpie. Sin embargo, esta situación puede empeorar con el planeamiento urbanístico actual que, al hacerse a lo ancho y no a lo alto, favorece el uso del coche privado.

Consecuencias para la salud

Síntomas.- Tos, picor de garganta o lagrimeo son algunas de las consecuencias que tiene en nuestra salud respirar aire de mala calidad. Según la Sociedad Andaluza de Médicos de Familia, la contaminación atmosférica está muy relacionada con los ingresos por motivos respiratorios.

Ancianos y niños.- Niños, ancianos y personas que sufran asma o bronquitis son los más sensibles.

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