Vender una casa ya no es tan fácil. Alquilarla tampoco, pero es la opción menos mala cuando hay que pagar una hipoteca y el sueldo no llega.

Es lo que están haciendo en Granada muchos dueños de inmuebles que, «ante la necesidad, deciden arrendar», afirma Joaquín Lasheras, secretario de Aingra (Asociación de Inmobiliarias de Granada y provincia). «Muchas veces lo hacen las mismas promotoras. La cosa está parada -las ventas de pisos en la provincia bajaron un 12% en el primer semestre- y antes que seguir perdiendo dinero, rentabilizan en lo posible la obra», apunta el experto.

«Un 25% de la gente que sólo estaba dispuesta a vender ahora opta por el alquiler, algo que en Granada está medianamente asegurado con el gran número de estudiantes de la Universidad», matiza un responsable de la inmobiliaria Gesgrasur.

Los que en su día invirtieron en ladrillos para aumentar su capital se encuentran en mitad de la crisis con edificios que no necesitan y teniendo que pagar al banco. Otros, simplemente pusieron su casa en venta para comprar otra y ahora tienen dos.

«Hace cinco años que no se llevaba lo del alquiler con opción a compra y desde hace unos meses está comenzando a ser natural», matiza Encarnación Navas, de Inmobiliaria Uno.

La opción soluciona la papeleta al comprador, que invierte en futuro, y al vendedor, que se asegura una renta.

"Antes de que me embarguen..."

Ana Palacios, una joven administrativa, compró una casa en Granada para vivir sola. «Tenía un buen sueldo y podía pagar los 1.200 euros de hipoteca. Me quedé en paro, ahora se me acaba y no he encontrado nada. Así que, como no puedo venderla para comprar algo más acorde a mi situación actual, me he ido a casa de mi madre y la he alquilado antes de que me la embarguen».

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