La picaresca y los trucos para evitarse filas aumentan en la recta final de la Expo, con una gran afluencia de público (el martes hubo 81.000 visitas) y cada vez es más difícil conseguir un pase rápido para los pabellones más demandados. El problema se agravó el miércoles porque tres de las cerca de 30 máquinas de fast pass quedaron averiadas tras la tormenta del martes y apenas dispensaron reservas.

Los pases rápidos para Agua Extrema se agotan a las 9.45 horas y los de Inspiraciones Acuáticas, el segundo recinto más solicitado, apenas duran media hora más. El resto, incluido el Acuario Fluvial, todavía se pueden reservar a las 13.30 h.

Para hacerse con uno de estos pases no basta con ser madrugador. Cuando los primeros visitantes llegan a las taquillas del fast pass se encuentran, sorprendidos, con largas filas formadas por trabajadores y voluntarios de la Expo que pueden acceder al recinto desde las 9 horas por la puerta de personal (el público entra a las 9.30 h). Muchas de las reservas que hacen se las dan a conocidos, evitándoles hacer fila y madrugar para conseguirlas.

«Si quieren entrar a una de estas dos plazas, más les vale ponerse en la fila y tener paciencia», explican los trabajadores a los visitantes que intentan conseguir uno de estos fast pass.

Las largas esperas a las puertas de la mayoría de los pabellones serán inevitables hasta la clausura de la Expo. Alemania acumulaba el miércoles al mediodía cuatro horas de espera, Kuwait tenía tres y Japón, una.

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