¿Qué fue el 'tamayazo' del que tanto se habla ante la segunda votación de investidura de Pedro Sánchez?

Eduardo Tamayo y Teresa Sáez, en junio de 2003.
Eduardo Tamayo y Teresa Sáez, en junio de 2003.
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Eduardo Tamayo y Teresa Sáez, en junio de 2003.
Pedro Sánchez logrará ser investido con la mayoría simple.

Previsiblemente este martes 7 de enero Pedro Sánchez logrará ser investido con la mayoría simple más exigua que se ha visto en democracia, 166 votos a favor si se repite el resultado del domingo - 167 probablemente contando el voto de la diputada Aina Vidal de En Comú Podem - y 165 en contra, dando lugar al primer Consejo de Ministros de coalición desde la II República.

En esta situación, un único voto a favor tiene un valor extraordinario. Para evitar sorpresas desagradables, el PSOE  ha ordenado a sus diputados pernoctar en Madrid en la víspera de la votación para la investidura de Sánchez; las presiones se intensifican sobre diputados como Tomás Guitarte, de Teruel Existe; e incluso se habla de un plan B para blindar la investidura y evitar un 'tamayazo' consistente en que algunos de los abstencionistas votasen a favor si hubiera algún imprevisto.

El término 'tamayazo' se repite estos días vinculado a la posibilidad de que la investidura de Sánchez, finalmente, no saliera adelante. Pero... ¿Qué es eso del 'tamayazo?

Lo primero a destacar es que no necesariamente se trata del voto en conciencia, contrario a las directrices del partido pero acorde con los valores de la persona que lo ejerce. Caso de la diputada Ana Oramas de Coalición Canarias en esta investidura o, por ejemplo, de los quince diputados socialistas que votaron en contra de la investidura de Rajoy en octubre de 2016 . De hecho, el artículo 67.2 de la Carta Magna recoge que "los miembros de las Cortes Generales no estarán ligados por mandato imperativo" y el artículo 79.3 que  "el voto de Senadores y Diputados es personal e indelegable". 

Volvamos al 'tamayazo'. Fue el 10 de junio de 2003, hace ya diecisiete años, cuando la ausencia de los diputados socialistas Eduardo Tamayo y Teresa Sáez en la sesión constitutiva de la Asamblea de Madrid impidieron un Gobierno de izquierdas en la Comunidad de Madrid.

El Grupo Parlamentario Socialista tenía reunión de Grupo previa a la sesión constitutiva del Parlamento regional tras las elecciones. En unas horas el socialista Francisco Cabaco iba a ser el próximo presidente de la Cámara autonómica, ya que a pesar de que el PP de Esperanza Aguirre había logrado la mayoría de los votos en las elecciones, la suma de los escaños de PSOE e IU les permitía tener mayoría en el Parlamento.

De la misma manera, iban a conseguir recuperar el Gobierno de la Comunidad que ya llevaba dos legislaturas en manos del PP, en este caso de Alberto Ruiz Gallardón y su equipo. Rafael Simancas era el encargado de presidir este nuevo Ejecutivo y formar Gobierno, en el que también estaría presente IU.

Según presentes en la reunión del Grupo Socialista, los dos diputados que posteriormente se ausentarían del pleno no dijeron nada, e incluso entraron en el mismo. Por lo menos fue el caso de Tamayo Modesto Nolla vio en la parte trasera del hemiciclo hablando por teléfono.

Sin embargo, una vez comenzada la sesión, tanto en las bancadas de la izquierda como en las populares se dieron cuenta de que faltaban dos diputados. Eran Tamayo y Sáez, los dos 'Renovadores por la Base' que fraguaron lo que Rafael Simancas tilda de "atentado contra la democracia".

La Mesa de Edad ya estaba constituida y todo estaba preparado para comenzar la sesión, pero estos dos "sinvergüenzas" no aparecían. Así lo relataba durante la investigación posterior la exdiputada regional de IU Caridad García, que recuerda que ella estaba sentada al lado del socialista Rafael Gómez Montoya, al que vio "inquieto".

A la vista de que pasaba algo "que no era normal", le preguntó qué estaba sucediendo y éste le contestó que faltaban dos de su Grupo. En ese momento, García se dio la vuelta para hablar con Fernando Marín (IU) al que le comentó lo que pasaba, pero éste le dijo: "Estás tonta". Sin embargo, era verdad, "cundió el nerviosismo" y se comprobó que faltaban estos dos "sinvergüenzas".

En ese momento, la parlamentaria socialista Helena Almazán pidió un receso de diez minutos porque había dos socialistas que habían tenido un "percance".

A pesar de los "abucheos" que se escucharon de las bancadas populares el presidente de la Mesa de Edad, Carlos Westendorp, concedió el receso, que fue de 13 minutos. Sin embargo, Tamayo y Sáez no aparecieron. Según explica el socialista José Cepeda, que se estrenaba en la Cámara ese mismo día, les dijeron que habían cogido un taxi y se habían ido y en ese momento Cabaco habló con Luis Eduardo Cortés para intentar llegar a "un supuesto guante blanco" entre los dos partidos.

Posteriormente, Simancas se acercó a Esperanza Aguirre, la sesión siguió y efectivamente, Dancausa fue elegida presidenta de la Asamblea. Fue Regino García Badell el que, según fuentes consultadas, le redactó a la ahora delegada en el Ayuntamiento de Madrid un improvisado discurso en una cuartilla, que ella revisó, y así se constituyó la Asamblea bajo Presidencia popular.

En Vallecas, Tamayo y Sáez conformaron el Grupo Mixto y Alberto Ruiz-Gallardón permaneció como presidente en funciones hasta las siguientes elecciones autonómicas, que se celebraron en otoño y en las que Esperanza Aguirre logró mayoría absoluta.

Una comisión de investigación

Durante el verano de 2003 se celebró la comisión de investigación para esclarecer lo sucedido. La presidía el popular Francisco Granados, cuyo grupo defendía, como él sigue defendiendo ahora, que lo sucedido fue una "traición" interna del PSOE, después de que dos socialistas consideraran que no se había cumplido lo que les habían prometido.

Sin embargo, desde el PSOE, tal y como ahora asegura Nolla, en aquella comisión se puso de manifiesto que había "muchas contradicciones", ya que aunque no hay pruebas determinantes, se vio que había "cosas sucias" y "contactos entre Tamayo" y el abogado Esteban Verdes.

La comisión se alargó 14 sesiones de comparecencias y en agosto se añadieron tres más, por lo que finalmente se llamó a declarar a 29 personas.

De aquel órgano parlamentario, el PSOE concluyó que Tamayo y Sáez actuaron amparados por una trama mientras que el PP, en boca del portavoz en la comisión, Antonio Beteta, aseguró que nada tenían que ver los populares con "las luchas y compromisos internos del PSOE".

Fueron días convulsos en Vallecas, en los que grupos de socialistas que acudían a la Cámara arrojaban monedas a Sáez y Tamayo cuando les veían en alusión a que eran unos "judas".

Cuando acudían a la Asamblea tenían que ser protegidos por seguridad, pero las elecciones de otoño pusieron fin a la aventura de Vallecas de Tamayo y Sáez, esta última una persona que, a día de hoy, Caridad García considera que fue una "marioneta" de su compañero de filas.

Tras este episodio, Simancas siguió en su puesto hasta el verano de 2007 cuando tras perder de nuevo las elecciones, dimitió como secretario general para dar paso al exalcalde de Parla, Tomás Gómez.

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