Lamentos y tragedias de una estrella llamada Teresa Campos

María Teresa Campos en la 66 edición de los Premios Ondas 2019.
María Teresa Campos en la 66 edición de los Premios Ondas 2019.
GTRES
María Teresa Campos en la 66 edición de los Premios Ondas 2019.
Tras conocer la sonada ruptura entre Edmundo Arrocet y María Teresa Campos, que ha empañado las vacaciones de Navidad de ambos, ahora la presentadora ha querido sincerarse para contar su versión.
Europa Press

Es la más buscada. María Teresa Campos vive estos días una auténtica persecución mediática. Parece uno de esos artistas nacionales o internacionales a los que entrevistó en su época dorada y que le hicieron ganar a pulso el título de Reina de las Mañanas. Sin embargo, los asuntos que generan interés no versan sobre su larga y exitosa trayectoria profesional. Teresa es la protagonista de la semana después de que se haya anunciado su cacareada ruptura con Bigote Arrocet. Un amor que germinó en la madurez y que llegaba en una etapa difícilmente nostálgica, cuando ya había desterrado la idea de volver a ilusionarse. El destino quiso demostrarle que de nada le iba a servir ese libro que acababa de publicar sobre el desamor y la soledad en la tercera dimensión. Esta vez tampoco pudo ser. La exclusiva que la presentadora ha concedido -y que se publicará este miércoles- supone el punto final a una relación de seis años que, además, ha coincidido con el momento de mayor exposición en los medios. No siempre fue así.

Durante décadas, María Teresa intentó llevar sus asuntos íntimos con la mayor discreción posible. Ni siquiera solía conceder entrevistas remuneradas. De hecho, era crítica e intolerante con aquellos que ponían precio a sus dramas y comedias. Rechazaba dar explicaciones sobre la muerte voluntaria de José María, padre de sus hijas, y, mucho menos, ofrecer detalles del cáncer de garganta que le alejó momentáneamente de la primera línea televisiva. Todo cambió repentinamente. El reality que protagonizó junto a sus hijas hizo que las revistas empezaran a contabilizarla como un personaje más. Supo adaptarse rápidamente. Exclusiva tras exclusiva, fuimos testigos del sufrimiento por las enfermedades de Carmen y Terelu, de sus problemas económicos, las vicisitudes profesionales y de la muerte de su hermana Leli. Su adiós fue un revés del que todavía no se ha recuperado. La diferencia de edad entre ellas les hizo tener un vínculo cuasi maternofIlial. Era su timón y roca, como también lo fue Félix Arechevaleta con el que compartió más de diez años de un noviazgo que era matrimonio.

Aquella fue su época más estimulante. En su vida sólo había resplandor. Construyó su casoplón de Molino de la Hoz -que ahora malvende- y era respetada, valorada y admirada en el terreno profesional. Sustituyó las tardes de TVE por presentar y dirigir el inolvidable Día a Día que fue también cantera y estrella de muchos. Modelos, presentadores, colaboradores e incluso cantantes fueron descubiertos en un programa que fue toda una institución. El posterior cambio de cadena marcaría para siempre su devenir profesional. Todo fue de mal en peor. Pasado el tiempo, su regreso a Telecinco le trajo satisfacciones temporales que acabaron en una destitución que, dicen, no solo le despertó una tristeza que todavía arrastra, sino también perjuicios pecuniarios que le obligaron a vender parte de las antigüedades que descansaban en su casa.

En la actualidad María Teresa espera una nueva oportunidad. Quiere retirarse demostrando que todavía tiene energía y capacidades para conducir un programa en solitario. Pero los directivos no están por la labor. No encuentran el espacio perfecto para que ella brille y no sea una apuesta arriesgada. Sin perder la esperanza y con dos ofertas que sigue estudiando, mira al horizonte con una ilusión desbordando su mirada. Quizás ahora, cuando no lo espere, se abre una nueva ventana.

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