Dora Mulero vivió una pesadilla el 7 de septiembre. Como muchos domingos, fue a visitar a su hija, que vive en Roda de Barà . Y, como siempre, para regresar a Barcelona tomó un tren en Sant Vicenç de Calders que, en teoría, la tenía que dejar en la estación de Passeig de Gràcia.El pasado domingo, Mulero hizo lo mismo que siempre y se subió al tren que la tenía que
Fue entonces cuando por megafonía se informó a los pasajeros que ésa era la última parada del tren. Todos los ocupantes del vagón bajaron, menos ella, que quedó atrapada. Nerviosa, empezó a apretar todas las alarmas que había en el tren. No le hicieron caso y el convoy empezó a circular.
La mujer asegura que estaba "angustiada" y que empezó a cruzar vagones hasta llegar al primero. Allí, se quitó el zapato y empezó a golpear en la puerta del conductor. Pero el tren seguía circulando y ella desconocía hacia donde iba.
Le dijeron que golpeara en la puerta del conductor
Mulero telefoneó a su hermana, quien a su vez llamó al servicio de atención al cliente de renfe, donde le respondieron que no podían hacer nada y la instaron a que golpeara en la puerta del conductor. También llamó a la Guardia Urbana de Barcelona, donde le pidieron el teléfono de Mulero, a la que no telefonearon. Hacia medianoche, un limpiador de renfe la localizó. La mujer llevaba casi
Por su parte, un portavoz de la compañía ha explicado que el maquinista no oyó a la mujer porque el tren en el que viajaba era doble y el conductor iba en el primer tren y ella, en el segundo. Y añadieron que si la mujer se pone en contacto con ellos "evidentemente le pediremos disculpas".
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