El que la sigue la consigue, debe pensar Lindsay Lohan, que si ya intentó flirtear y ronear con Liam Hemsworth el pasado septiembre (aunque la pobre se equivocó de publicación, qué pena, que todo hay que decirlo), ahora ha vuelto a la carga dejando caer que si le llega la llamada desde Australia, coge el primer vuelo y no lleva ni maleta.

La intérprete, que seguro que espera que el actor y expareja de Miley Cyrus haya visto recientemente Chicas malas y se haya acordado de que allí está ella esperando respuesta, le tiene ganas al hermano de Thor y ha decidido volver a la acción en una secuela de su amor no recíproco (por ahora).

Y si hace unos meses optaba por la opción de la típica pregunta de "¿vienes por mi barrio y no me llamas?", dándose cuenta en el transcurso de la incomunicación entre las celebrities mundiales, ahora ha decidido tirar de emoticono, que dan el mismo efecto y muchos menos problemas (sobre todo mediáticos).

Lohan, de 33 años, ha visto la fotografía que subió Liam, de 29, a su cuenta de Instagram y en la que sale (muy favorecido) surfeando con su hermano y unos amigos. Un finde clásico entre los Hemsworth.

Instagram

Y desde su casa, la intérprete de Devuélveme mi suerte se detuvo a observar semejante muestra de técnica, neopreno y fisicidad y se envalentonó con un "yo lo digo y si cuela, cuela".

Así que Lohan, que no da puntada sin hilo, comentó la imagen con el emoticono de las manos juntas en señal de peticiones y ruegos. Vámonos que nos vamos. Que ya en septiembre, poco después de su tonteo, se fue a la televisión para que el mundo supiera que estaba soltera.

El problema puede estar en que Liam ha sido fotografiado y ha llevado a conocer a sus padres a Maddison Brown, su nueva novia, por lo que Lohan, a la que le han llovido los comentarios de todo tipo, desde "Vives en Lohanlandia, ¿eh?" hasta "Tú pon el emoji que quieras, nena". Se ve que hay que elegir bando.