La Guardia Civil tenía conocimiento desde el pasado mes de octubre de que en una vivienda situada en el término municipal de Barreiros podía estarse produciendo un fraude de consumo de fluido eléctrico.

Por ello, se inició una investigación policial, teniendo en cuenta que la pérdida detectada de electricidad "apuntaba a una instalación de gran capacidad".

Por parte de los investigadores, se tuvo conocimiento que la planta baja de la edificación en cuestión había sufrido cambios en el verano, sustituyendo el papel de periódico que cubría el interior los cristales de las ventanas por una especie de tela negra, así como el cierre de todo el contorno de la finca, para impedir la entrada en ella.

Durante las vigilancias realizadas a la finca, se detectó en horas punta de consumo detectadas por parte de la compañía eléctrica, las cuales eran cíclicas, "un intenso olor característico de las plantas de cannabis".

En el interior de la finca se encontraron, además, tras varios controles por parte de técnicos de la compañía eléctrica, una instalación subterránea de cableado desde un poste de luz que entraba en la vivienda, la cual alimentaba una plantación que se hallaba en el interior del bajo de unas 1.000 plantas de marihuana, las cuales arrojaron un peso aproximado de 200 kilos.

La instalación contaba con aire acondicionado, sistema de riego por bombeo y diversos sistemas de control de calor y humedad, así como un gran número de ventiladores y lámparas para acelerar el crecimiento y florecimiento de las plantas. Se intervienen las plantas y un gran número de productos para el cuidado y crecimiento de las mismas.