Javier Sierra: "Pasé una noche en la Gran Pirámide y creí que me moría"

  • El escritor ha vuelto a Movistar+ con dos documentales de 'Otros Mundos' dedicados a Egipto. 
Javier Sierra, ante las pirámides, en el especial de 'Otros Mundos', en Movistar+.
Javier Sierra, ante las pirámides, en el especial de 'Otros Mundos', en Movistar+.
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Javier Sierra, ante las pirámides, en el especial de 'Otros Mundos', en Movistar+.

El escritor y ganador del Premio Planeta ha vuelto con nuevas entregas de su programa de Movistar+ Otros Mundos. Javier Sierra trae dos especiales sobre una de sus obsesiones, Napoleón y la Gran Pirámide y una egitóloga capaz de recordar vidas pasadas. Ambas entregas están ya disponibles bajo demanda en la plataforma de Movistar+.

¿Por qué después de 4.000 años Egipto sigue fascinando a la gente? Porque nos reflejamos en Egipto, porque cuando vemos la cultura antigua de los Faraones descubrimos que muchas de las cosas que están en nuestro entorno ya estaban en el antiguo Egipto.

¿Cómo cuales? Desde el punto de vista religioso, por ejemplo, los antiguos egipcios eran el único pueblo del mundo antiguo que creía en la resurrección y por eso momificaban a los faraones, porque esperaban que el Ka, el alma, volviera a esa momia y le volviera a dar vida llegado el momento. Sólo el cristianismo heredó eso. Cuando tu vas a un templo dedicado a Isis ves sentado en el templo a la diosa Isis con el niño en el regazo y otros dioses que le llevan regalos al recién nacido.

Todo está relacionado, ¿es eso? La transferencia del antiguo Egipto al cristianismo se produce de una manera brutal, porque la expansión del cristianismo no se hace sólo desde Roma, se expande también desde Egipto. El Evangelio de San Marcos se escribió allí, por ejemplo. Y todas estas historias están en nuestro inconsciente y las reconocemos. También eso tiene un peligro: que se han hecho miles de documentales sobre Egipto, se han publicado miles de libros… ¿qué puedes contar nuevo o diferente?

Y ahí entran los dos especiales de Otros Mundos, ¿no? ¿De qué tratan? Abundan en dos asuntos que no se han tocado nunca en clave de documental televisivo. Uno es una obsesión mía de hace años, que es la noche que pasó Napoleón a solas en el interior de la gran pirámide. Yo pasé una noche tratando de averiguar lo que le ocurrió, porque Napoleón nunca quiso hablar de ello.

Usted vivió la misma experiencia, ¿verdad? Pasé una noche en el año 97 allí dentro y fue la peor noche de mi vida. Lo pasé fatal, yo creí que me moría. Y creo que eso me marcó, me obsesionó y he escrito novela y ahora he vuelto sobre ello en clave audiovisual para tratar de explicarme qué es lo que me ocurrió y de explicar qué le ocurrió a Napoleón.

¿Por qué lo pasó tan mal? Básicamente porque estuve encerrado durante seis horas en la Cámara del Rey, en el interior de la Gran Pirámide y aquello es la oscuridad más impenetrable que te puedes imaginar, en un lugar donde hasta tu respiración provoca eco y tienes la sensación rarísima de estar en otro mundo, de que estás más muerto que vivo. Y esa sensación es muy perturbadora.

El escritor Javier Sierra, dentro de la Gran Pirámide de Giza.
El escritor Javier Sierra, dentro de la Gran Pirámide de Giza.
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¿De que trata la otra parte del especial? Es la historia de una mujer que fue la primera mujer que trabajó para el servicio de antigüedades egipcio, a mediados del siglo XX, Dorothy Louise Eady, Omm Sety. Esta mujer llegó al templo de Abidos, como conservadora y empezó a excavar dejándose llevar por recuerdos que tenía que ella creía que tenía de una vida de hace 3.000 años.

¿Y no la tomaron por loca? Se convirtió en una referencia en el mundo de la egiptología. Tanto es así que egiptólogos notables y excépticos como el doctor Zahi Hawass, que no cree en la reencarnación ni en muchas cosas que se dice sobre las pirámides o sobre Egipto a Omm Sety le tiene un respeto reverencial. Quise saber porqué y cuando me lo contó supe que había una historia que narrar en clave audiovisual.

¿Ha sido un rodaje fácil? No, ha sido un rodaje muy difícil, en particular el rodaje de la Gran Pirámide. Era la primera vez que se pedía un permiso para grabar con actores dentro de la Cámara del Rey. Y hubo toda clase de problemas, no sólo burocráticos, sino también técnicos. Llevar los equipos, la condensación del interior de la pirámide que hacía difícil manejar los equipos electrónicos modernos… todo tipo de dificultades. Pero al final, vencer a esas dificultades te hace grande.

Usted que ha estado dentro y las ha frecuentado, ¿las pirámides son humanas, extraterrestres? Yo creo que son obra de terrestres extra, más que de extraterrestres. De gente con una capacidad de ingeniería sensacional y que utilizó algún tipo de tecnología de la que se ha perdido toda huella. Yo creo que son más antiguas de lo que nos dicen y eso se ve en el grado de erosión de algunos de los bloques de las pirámides o en la Esfinge de Giza, que tiene erosión por agua. Agua de lluvia en la meseta de Giza en cantidades suficientes se produjo hace 7.000 años, no hace 4.500 o 5.000, cuando está datada. Son obra de alguien muy antiguo del que hemos perdido el recuerdo.

¿Por qué Egipto es tan fértil para la conspiranoia y las invenciones? Por dos razones. La primera, porque ha generado muchos textos, los que están en las paredes de los templos, en los papiros, en los sarcófagos, dentro de algunas pirámides… y ya podemos leerlos y están llenos de ambigüedades, de claves extrañas, de referencias astronómicas… y eso puede interpretarse desde muchas ópticas. ¿Por qué esa obsesión de los Egipcios por imitar en el suelo disposiciones estelares? ¿Qué pretendían? ¿Hemos de creer lo que dicen los textos egipcios de que antes del primer faraón de la primera dinastía y durante 10.000 años hubo una casta de seres mitad dioses mitad hombres que rigieron Egipto? No no lo sé, pero toda esa ambigüedad da lugar a esas elucubraciones.

¿Y lo que no se ha encontrado? A la vez que tenemos muchos textos también sabemos que nos faltan muchos otros, porque unos textos remiten a otros que no se han encontrado. O hablan de pirámides que no se han encontrado, de faraones que no se han descubierto… y eso genera incertidumbre.

¿Qué daría por repetir la hazaña de Carter y encontrar una tumba intacta Caramba… creo que lo darías todo. Carter estuvo diez años sacando piezas de la tumba de Tutankámon. Lo que él descubrió fue una cápsula del tiempo perfecta, estaba todo ahí. De ese faraón que casi se había borrado de la historia y que gobernó muy poco tiempo y que pese a su insignificancia desde el punto de vista político, se ha convertido en uno de los referentes de esa cultura.

¿Si pudiera presenciar un momento de la historia del antiguo Egipto, cual sería? Me gustaría hacerle una visita al faraón Keops en el 2.500 antes de Cristo y me gustaría porque seguramente me asomaría fuera de la tienda o del palacio para ver si la pirámide está hecha o no, para saber si la hizo él o si ya estaba construida. Hay estelas antiguas de Egipto que hablan de que cuando las comitivas de otras naciones visitaban al Faraón él estaba muy orgulloso de enseñarles las pirámides y la Esfinge… hablaban en plural. Así que, si no las hizo él… ¿quién las hizo?

¿Todo esto le da ideas para otra novela? Estoy trabajando en una novela, pero no tiene que ver con Egipto, sino con el mundo del arte, de las señales ocultas en grandes obras, pero a Egipto me llevé mi inseparable cuaderno de notas y lo tengo lleno de cosas que tarde o temprano acabarán en las páginas de un libro.

Muchas culturas antiguas han destruido esculturas, relieves, grabados, el Isis o los Talibanes hicieron lo mismo… ¿Qué tienen esos símbolos que les dan tanto miedo? Lo que recuerdan es que hubo una época en nuestro pasado en la que hubo gentes más grandes que nosotros y eso para ciertas visiones dogmáticas es insoportable. Le ocurrió a los cristianos coptos al llegar a Egipto al principios de nuestra era, luego los musulmanes en el siglo VII y ocurrió lo mismo. Y cuando llegaron los franceses en el siglo XIX, pese a todas esas depredaciones Egipto seguía siendo magnífico.

Y aún queda mucho por descubrir… Esa es la gran paradoja que tiene ese país. Pese a lo que se ha saqueado, lo que se ha destruido y lo que está bajo las arenas… Egipto es enorme, infinito. ¿Cómo debió ser en su época de gloria?

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