
Se trata de un proyecto grabado íntegramente en México, "con miles de colores, timbres genuinos, pureza y sensibilidad únicas", en el que Pasión Vega ha querido realizar "su propio homenaje a la música y al folclore latinoamericanos, a través de un repertorio original y nuevo".
En palabras de la cantante, "en este trabajo están volcadas mis raíces y mis anhelos: cuando pienso en Latinoamérica, pienso siempre en un tronco común que nos une, pienso en todos esos sonidos que nos representan y que nos resultan familiares pero que, poco a poco, se van diluyendo o dispersando por la irrupción de las modas o las corrientes musicales".
Según explica, en este trabajo se "abraza" a ritmos y estilos que le eran desconocidos de una forma teórica, pero que sentía suyos "emocionalmente", entre ellos el Danzonete, Son, Bachata, Chacarera, Bambuco Viejo, Sangueo, Rumba Jarocha, Ranchera, Bolero, Bossa, Zamba o Tango y también "otros estilos propios del folclore más popular y profundo, nacidos en los barcos" como la Petenera Mexicana y la Malagueña Venezolana.
Desde el Arriaga han destacado que "hablar de Pasión Vega es referirse a una artista con una dilatada trayectoria en la que ha obtenido Discos de Oro, un Disco de Platino, un Premio Amigo y varios Premios de la Música, además de reconocimientos como la Medalla de Oro de Andalucía".
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