Es una travesura tan vieja como la propia existencia de los porteros automáticos o telefonillos: tocar indiscriminadamente a uno o varios de los botones y salir corriendo. Pero ojo, porque puede acarrear más de un disgusto: el Ayuntamiento de Alzira, en Valencia, ha sancionado a un vecino con una multa de 200 euros después de que la Policía Local lo pillara practicando esta broma, informa el diario Levante-EMV.

Los hechos ocurrieron el pasado mes de agosto, en la plaza Sagrada Familia, cuando una patrulla de la Policía Municipal sorprendió a un hombre como presunto autor de llamadas indiscriminadas a timbres en torno a las 4:30 horas de la madrugada.

La Junta de Gobierno municipal confirmó que se trataba de una infracción leve de la ordenanza de Protección del Espacio Urbano, que busca favorecer la convivencia y las conductas cívicas en el ámbito público, y estableció una sanción de 200 euros.

El acusado no presentó alegaciones durante la instrucción del expediente, por lo que la sanción se hizo firme, por alteración del artículo 23 de la ordenanza.

Este artículo tipifica las diferentes infracciones. Entre las leves, está la de timbrar indiscriminadamente portales de edificios de forma que se impida el descanso nocturno. Otras faltas leves son destrozos o desperfectos en el mobiliario urbano que no impidan su uso; el uso del mismo de forma diferente al que corresponda; obstruir el acceso a los portales vecinales o la entrada a garajes públicos o privados de forma que se impida su normal utilización; dar patadas a residuos o elementos sólidos que pueda haber en la calle de forma que generen una notable afección acústica o tirar al suelo recipientes de bebidas, latas, botellas o cualquier otro objeto.