El Puente de Santiago terminó como una pesadilla para miles de madrileños. Para todos aquellos que el lunes regresaron a la capital a través de la carretera de Valencia (A-3) Esta autovía fue, sin duda, la carretera de entrada a Madrid más colapsada en la jornada de operación retorno del Puente de Santiago.

Miles de madrileños se vieron atrapados toda la tarde y gran parte de la madrugada en el monumental atasco en el que se convirtió la A-3. Las retenciones se extendieron también por parte de la provincia de Cuenca.

Según relataron numerosos automovilistas a través de llamadas telefónicas a emisoras de radio durante toda la noche, el atasco paralizó por completo la A-3 en muchos tramos.

Personas que salieron de las provincias de Murcia, Alicante o Valencia aseguraron que tardaron seis, siete y hasta más de diez horas en trayectos que habitualmente se hacen en tres o cuatro horas por la autovía A-3.

A dormir en las áreas de servicio

En algunos casos, según los conductores, muchos decidieron quedarse a dormir dentro de los vehículos en las áreas de servicio de gasolineras y en zonas de descanso para echar un sueño mientras se iba deshaciendo el atasco.

Estas áreas de servicio se llenaron por completo e incluso en algunas estaciones de servicio se acabaron el combustible, las botellas de agua y los alimentos disponibles.

Los conductores se quejaron de que no se les facilitó ningún dato de lo que estaba ocurriendo a través de los paneles informativos de las autopistas. También criticaron la falta de agentes de la Guardia Civil que regularan el tráfico y la habilitación de carriles adicionales para aliviar la circulación.

De cuatro a dos carriles 

El subdirector general de la Dirección General de Tráfico (DGT), Federico Fernández, ha justificado los atascos producidos en la A-3 por "la insuficiencia de la carretera para absorber la demanda de tráfico que tienen determinadas fechas puntuales como ya ha ocurrido en otras ocasiones".

Fernández destaco que en La Atalaya, el punto de la provincia de Cuenca donde confluyen la autovía que procede de Valencia con la autovía de Alicante y Murcia, empezaron las retenciones a la una de la tarde y se prolongaron durante 14 horas.

"La Atalaya es un cuello de botella debido a que confluyen dos carriles de Valencia llenos de coches y dos carriles de Alicante y Murcia también llenos, que a partir del kilómetro 172 se quedan sólo en dos carriles hasta Madrid", puntualizó Fernández.

Esta situación, aclaró el subdirector general de la DGT, se repite en todas las grandes operaciones de retorno, en todos los puentes de primavera y de otoño. "Suele pasar y seguirá pasando variando la intensidad de las retenciones dependiendo de las circunstancias".

En cuanto a las denuncias por falta de información, Fernández aseveró que los paneles estaban indicando, desde Valencia y Albacete, las retenciones que había en la zona de La Atalaya desde primera hora de la tarde.

"Incluso se estuvo recomendando desde Albacete el itinerario alternativo que va desde La Roda por la Nacional 301 hasta Ocaña para entrar en Madrid por la A-4. De hecho, fueron tantos los conductores que siguieron estas recomendaciones que se produjeron también retenciones muy importantes en esta carretera convencional, con hasta 10 kilómetros de retención", comentó.

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