La irrupción de Vox reduce la paridad en el Congreso de los Diputados

  • La Cámara Baja pierde el primer puesto en cuanto a Paridad en Europa y queda por debajo de Suecia.
  • ​ERC y JxC son los únicos partidos con mayoría de mujeres.
  • ​Vox apenas cuenta con una diputada por cada cuatro diputados.
Gráfico que muestra la proporción de hombres y mujeres en cada grupo del Congreso de los Diputados.
Gráfico que muestra la proporción de hombres y mujeres en cada grupo del Congreso de los Diputados.
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Gráfico que muestra la proporción de hombres y mujeres en cada grupo del Congreso de los Diputados.

En la pasada legislatura, el Congreso de los Diputados se constituyó como el más paritario de toda Europa, con un 47,4% de mujeres (una décima por encima del siguiente país en la lista, Suecia). Pero este logro, para una cámara que comenzó su historia democrática con un 6% de presencia democrática, duró poco: en la legislatura recién inaugurada, la proporción se ha reducido a un 43,1%, y ha enviado a la institución al segundo puesto en el ranking europeo.

En términos absolutos, el número de mujeres en los asientos se ha reducido en 13, pasando de 164 a 151.

Hay que tener en cuenta que la Ley de Igualdad de 2007 garantiza un porcentaje mínimo de cerca de 40% para cada género en las cámaras. Según la norma, los partidos están obligados a configurar sus listas de manera que no pueda haber menos de un 40% de candidatos de un sexo determinado en cada tramo de cinco diputados. Sin embargo, no se especifica nada sobre el orden en el que deben colocarse, por lo que un partido podría, por ejemplo, colocar a tres hombres en los primeros tres puestos y dos mujeres en los dos últimos.

De esta manera, aquellos partidos que reciban pocos escaños en cada circunscripción pueden alterar este equilibrio, al recibir escaño únicamente los primeros puestos de cada lista.

Dentro de estos límites, cada partido puede configurar sus listas de acuerdo a sus propios criterios: por ejemplo, algunas formaciones como PSOE se presentaron a las elecciones con las llamadas 'listas cremallera', en las que se alternan hombres y mujeres para conseguir en todo caso un resultado muy cercano al 50%. Por contra, partidos como Vox a duras penas han cumplido el mínimo que marca la norma.

Los nacionalistas catalanes, únicos partidos con mayoría de diputadas

Varias de las fuerzas políticas que han logrado entrar en la Cámara Baja en la presente legislatura se acercan mucho al 50% entre hombres y mujeres. Así, destacan el PSOE, Ciudadanos, CUP y CC, que cuentan en todos los casos con exactamente el mismo número de diputadas que de diputados.

Se queda muy cerca también Unidas Podemos, con 18 diputados y 17 diputadas.

Un caso excepcional es el del independentismo catalán, ya que sus dos grandes partidos son los únicos que han obtenido más escaños femeninos que masculinos; ERC con 7 diputadas y 6 diputados y JxC con cinco diputadas y tres diputados.

Por contra, los partidos con mayor proporción de hombres en sus asientos son (sin contar aquellos que solo han obtenido un escaño, es decir, BNG, Teruel Existe y PRC, que en todos casos han sido ocupados por hombres) son Navarra Suma, con dos diputados; Vox, con 38 diputados y 14 diputadas; PNV, con cinco diputados y dos diputadas; Más País, con dos diputados y una diputada; EH Bildu, con tres diputados y dos diputadas, y PP, con 50 diputados y 38 diputadas. Precisamente, la irrupción del partido de Abascal, que pasa de tener 24 escaños a tener 52, es uno de los grandes motivos de la reducción del número de mujeres en el Congreso de los Diputados.

Una cuestión controvertida

Además de las variaciones que puede ocasionar la distribución geográfica de los votos, el porcentaje de mujeres que acceden a los escaños por cada partido puede explicarse en base a las actitudes de cada partido hacia las cuotas de paridad.

Por ejemplo, entre las fuerzas de izquierdas existe un consenso marcado en apoyo de las mismas. Así lo subrayaron los líderes de las dos principales a nivel nacional, PSOE y Unidas Podemos, en el pasado debate entre los candidatos presidenciales para los últimos comicios.

Tras ser cuestionados por la presencia exclusiva de hombres por la periodista Ana Blanco, Pedro Sánchez insistió en la necesidad de "mejorar en paridad", aunque presumió también de su gestión en materia de feminismo. Por su parte, Pablo Iglesias deseó que aquella fuese "la última vez" que una mujer no encabezaba las listas de alguno de los principales partidos.

Entre las fuerzas de derechas, en cambio, la medida ha recibido abundantes críticas, a menudo cimentadas sobre el argumento de que sobreponen el género de la persona a otros criterios, como la capacidad.

De hecho, el Partido Popular recurrió la Ley de Igualdad ante el Tribunal Constitucional tras su aprobación; finalmente, fue ratificada por este último.

De manera más reciente, Ignacio Aguado (Ciudadanos) también se mostró crítico con las medidas de paridad cuando fue cuestionado por la composición del Gobierno de la Comunidad de Madrid, del que es vicepresidente en la actualidad. En esta ocasión, aseguró que no pondría en su Ejecutivo a "pajines" o "aídos", en referencia a Leire Pajín y Bibiana Aído, exministras socialistas.

Sin embargo, la oposición más contundente proviene de Vox. El partido liderado por Santiago Abascal se opone abiertamente a las cuotas, y ha llegado a votar en contra de algunas normas de esta clase en Andalucía, donde integran el Gobierno junto a PP y Ciudadanos. 

Un ejemplo ilustrativo son las declaraciones de Rocío Monasterio, candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid, llegó a decir que "las mujeres no queremos ser una cuota y ser utilizadas por los partidos como hace Podemos. Eso resulta indignante porque es tratarnos como débiles".

El Congreso español es el segundo más paritario de Europa

A pesar del descenso experimentado entre la pasada legislatura y la actual (que también desbancó a España del quinto puesto mundial en esta cuestión), el Congreso español sigue situándose en segundo puesto en Europa, solo por detrás de Suecia y por encima de otros países como Finlandia, Noruega o Francia, según señala la Unión Interparlamentaria.

De hecho, esta alta posición en el ámbito político también se cumple en varios otros campos: según el Índice de Igualdad que elabora el Instituto Europeo de Igualdad de Género (EIGE, por sus siglas en inglés), España está por encima de la media europea en igualdad de género con un notable (70.1 sobre 100 frente a 67,4 sobre 100 en el resto del continente) y se situaría en novena posición.

Aún así, el informe arroja que España aún debe mejorar algunos aspectos, como las diferencias económicas entre géneros, la presencia de mujeres en los altos cargos de las sociedades cotizadas o en la gestión del tiempo.

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