A Maribel Verdú le encanta "ser plastilina con los directores" y que la vuelvan a llamar aquellos

con los que ya ha trabajado, entre los que figuran

Francis Ford Coppola,

Guillermo del Toro,

Alfonso Cuarón,

Gracia Querejeta o

José Luis Cuerda , del que estrena

Los girasoles ciegos.

Exultante tras un año cargado de éxitos -recibió el Goya a la mejor actriz por

Siete mesas de billar francés-, Maribel Verdú se declara "absolutamente satisfecha" del resultado de su trabajo con Cuerda, una "

película super-completa", que lleva a la gran pantalla el libro homónimo de

Alberto Méndez, y en la que interpreta, de nuevo, a una mujer luchadora en una dramática situación.

Y es que no es la primera vez que afronta este tipo de papeles, "

con fuerza y luchadores", características que dice tener en su vida diaria, "aunque no tanto como ellas", precisa.

"Lo que más me gusta de Elena es su entereza, porque todo lo lleva a la normalidad y es una fantástica mentirosa", comenta la actriz, que saca de su bolso el libro de Alberto Méndez con mil anotaciones y manoseado por haber sido objeto, desde que se lo regalaron en 2005, de lectura tras lectura.

"Lo he regalado mil veces; me ha pasado lo mismo que con El niño del pijama de rayas", otra exitosa novela.

"Me acaban de ofrecer un guión maravilloso y lo he rechazado porque no me podía visualizar en el personaje, creía que no iba a ser creíble. Sin embargo, yo sabía como tenía que ser Elena, y cuando José Luis Cuerda me llamó

dije que sí sin leer el guión", explica.

No obstante, confiesa que lo más difícil del guión, el último trabajo del fallecido Rafael Azcona, eran

"los puntos suspensivos" con los que terminaban las frases de su personaje, por la contención de una mujer que vive mintiendo, con su marido escondido en casa para evitar ser detenido.

"Es una película de la Guerra Civil, sus últimos coletazos, pero es sólo un marco, que inunda de terror y miedo a los personajes. Es una película

de amores imposibles", precisa Maribel Verdú, mientras bromea con

Javier Cámara, uno de sus compañeros de rodaje, junto a

Raúl Arévalo y el pequeño

Roger Princep.

A pesar del dramático contenido del filme, "en el rodaje lo hemos pasado fenomenal; ponerme concentrada en un rincón no va conmigo", recalca una actriz que es conocida por su devoción por los pingüinos -dobló un filme de animación sobre estos animales- y que ha trabajado en tres películas que estuvieron, de una forma u otra,

en los Oscar de Hollywood:

Belle Epoque,

Y tu mamá también o

El laberinto del fauno.

Tiene pendiente de estreno

Tetro, un filme que ha rodado en Argentina con Francis Ford Coppola, del que afirma: "tiene una manera de rodar totalmente distinta a lo que yo conocía; ¡me ha protegido tanto y me ha mimado tanto! Es una persona tan

modesta y familiar, no habla de sus éxitos, siempre dice que está investigando".