"En la medida en que algunas comunidades se sienten, y con razón, infrafinanciadas, es difícil exigirles el cumplimiento de las reglas fiscales. Es un problema de autoridad moral", ha dicho Escrivá en una mesa redonda sobre economía y finanzas en el XXIV Encuentro de Economía de S'Agaró (Girona).

"El reto de bajar el déficit estructural está ahí y nos falta un plan de país de cómo abordar este problema", ha afirmado, por lo que ve necesario abordar medidas de calado importantes, como la del sistema de financiación autonómica, pero también se ha referido a la Ley orgánica de Estabilidad, a la que ha urgido darle un cambio pronto.

También ha considerado fundamental "desarrollar una cultura de una administración pública basada en resultados y evaluación continua de políticas", así como una articulación de los diferentes niveles de la administración para una relación eficiente.

"Es una reforma crucial que afecta desde el funcionamiento del Consejo de Política Fiscal y Financiera a las conferencias sectoriales. El gasto público es el 40% del PIB y por esto es crucial", ha sostenido.

En cuanto a la deuda pública, ha apostado por una planificación a largo plazo que permita rebajar su nivel y alcanzar un objetivo del 60%: "Tenemos este tema pendiente".

También han participado en la mesa redonda el economista Alfredo Pastor, el consejero ejecutivo de BBVA, José Manuel González-Páramo, y la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, moderados por el presidente de CaixaBank, Jordi Gual.

PÁRAMO: DESACELERACIÓN MUNDIAL ESTABILIZADA

González-Páramo ha explicado que la economía mundial se está desacelerando a un ritmo más rápido del que se esperaba, ya que se ha pasado de unas previsiones de crecimiento para este año del 3,8%, que más tarde se rebajaron a un 3,3% y ahora a un 3,2%.

"La buena noticia es que no desaceleramos más deprisa de lo que esperábamos, pero se está estabilizando esta desaceleración. La recesión no está, de momento, en el escenario central a nivel global", ha añadido.

Por su parte, Pastor ha puesto el acento en la revolución digital, muy avanzada en la industria, y ha expresado su preocupación por la digitalización de los servicios, ya que "en la economía española son más importantes que las manufacturas".