La CHE trabaja en once enclaves para permeabilizar masas de sedimentos vegetados en Navarra, La Rioja y Zaragoza

La Confederación Hidrográfica del Ebro -dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica- está trabajando en la permeabilización de masas de sedimentos consolidados por la vegetación mediante tratamientos de curage, una técnica novedosa. Así, se encuentran en ejecución acciones en Calahorra y Agoncillo (La Rioja), Azagra y San Adrián (Navarra), Novillas, Alcalá de Ebro, Sobradiel, Utebo, Villafranca y Pina de Ebro (Zaragoza).

Estas labores buscan mejorar la circulación de caudales con el menor impacto posible, reduciendo la exposición de los núcleos ribereños ante las avenidas. También tienen un efecto positivo sobre los sotos, ya que se aprovecha la actuación para mejorar su estado natural mediante la retirada de restos vegetales muertos y basuras.

En concreto, se está aplicando la técnica del curage en el río Ebro en el Paraje El Plantío, en Calahorra-San Adrián (La Rioja/Navarra); en La Cocha de Calahorra (La Rioja); en La Peñuela, en Azagra-Calahorra (Navarra/La Rioja) y en el Paraje del Recajo, en Viana-Agoncillo (Navarra/La Rioja). También se está interviniendo en el Paraje Los Anchos de Novillas; en Las Suertes, en Alcalá de Ebro; en El Carrizal de Sobradiel; en La Mejana de la Barca de Utebo; en el Soto del Lugar y en la Mejana Baja de Villafranca de Ebro y en Pina de Ebro, en el Paraje Mejana, todos en la provincia de Zaragoza.

El curage consiste en un conjunto de actuaciones de pequeña entidad, respetuosas con el medio ambiente y utilizando lo menos posible la maquinaria pesada, para facilitar la movilización de sedimentos en zonas que suponen obstrucciones importantes al paso de la corriente.

Para ello, se habilitan ramales de poca anchura a través de las grandes masas de sedimentos por donde circularán libremente las aguas, recuperando la funcionalidad de antiguos paleocauces que habían quedado desconectados con el río por la acumulación de depósitos, sólidos y vegetación muerta.

Se realiza previamente el clareo de la vegetación, que se tritura y extiende insitu, por donde discurrirán los ramales y posteriormente un labrado superficial de los sedimentos para facilitar su movilización natural por las avenidas. Al facilitar el paso de la corriente, también se dificulta que se consoliden nuevamente los sedimentos en los ramales practicados. Esta técnica tiene un impacto mucho menor que una retirada de sedimentos o dragado, es de fácil mantenimiento y sostenible en el tiempo.

La CHE ya había aplicado anteriormente, como experiencia piloto, esta técnica en Alfocea y Boquiñeni (Zaragoza), en Alfaro (La Rioja) y en San Adrián (Navarra) dentro de las emergencias por las crecidas de 2018.

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