A pocos días de que empiece la Cumbre del Clima de Madrid del 2 al 13 de diciembre, el Gobierno ha empezado a desgranar detalles del evento. Aunque renunció a organizarla por las protestas sociales, Chile mantiene la presidencia de una cita que acoge y organiza España, con un esfuerzo financiero, logístico y diplomático que se desplegará en 100.000 metros cuadrados en la Feria de Madrid y en un "gran pasillo climático" en la Castellana.

Las protestas sociales en Chile llevaron a que su Gobierno renunciara a organizar la COP25 y en noviembre el presidente español en funciones, Pedro Sánchez, se ofreció a organizar la Cumbre del Clima en la que, en ausencia del líder del país que la preside, será él el mayor representante.

El presidente chileno. Sebastián Piñera, no viajará a Madrid para asistir a la cita, porque su prioridad ahora es permanecer en el convulso Chile, según ha explicado este miércoles en Madrid la ministra chilena de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, en un desayuno informativo junto a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, donde se ha escuchado un tímido eco de las protestas en Chile.  Una docena de jóvenes esperaban a las ministras española y chilena con una pancarta donde podía leerse "España acoge a un gobierno asesino".

Coste de 30 millones de euros

El Gobierno en funciones ha habilitado créditos por valor de 50 millones, que calcula a priori que podrá costar la cumbre. Ribera ha situado esta cantidad entre los 27 millones de la más barata, y los 180 millones de la más cara (la Cumbre de París de 2015). Pero habrá que esperar hasta que termine para saber el coste total para las arcas públicas porque Ribera ha recordado que desde que se supo que sería en España el Gobierno ha recibido mensajes de empresas y organizaciones para colaborar. Cuando termine "haremos todas las cuentas".

Estreno de la presidenta de la Comisión y cita antiTrump

Los gobiernos español y chileno esperan que de la COP25 salgan medidas "concretas" para dar continuidad a los objetivos de la Cumbre de París y para eso es imprescindible el compromiso político, que ante la Cumbre del Clima se palpará en la llegada a Madrid de jefes de Estado y de Gobierno. De momento, Moncloa no quiere facilitar una lista cerrada de líderes porque es cambiante pero asegura que vendrán a Madrid más mandatarios de los que estaba previsto que se desplazaran a Santiago de Chile: más de una veintena de todos los continentes. La Cumbre del Clima de Madrid será probablemente el primer acto internacional para Ursula Von der Leyen como nueva presidenta de la Comisión Europea, que echará a andar el 1 de diciembre. Como detractor de la lucha contra el cambio climático, no vendrá el presidente de EE UU, Donald Trump, pero la COP25 puede convertirse en un acto de oposición de los demócratas: la presidenta del Congreso, Nancy Pelosi, ha confirmado su asistencia y no se descarta que también lo hagan otros congresistas demócratas.

Greta Thunberg

La joven activista sueca continúa su travesía por el Atlántico y el Gobierno no sabe ni cuándo ni a qué puerto llegará. Solo espera que lo haga a tiempo de participar en la cumbre ya que el Gobierno la considera un "referente" para los jóvenes, aunque de momento no se le ha asignado un papel concreto

Trump, Piñera y Macrón, entre los ausentes

Igual que Trump, tampoco se espera la presencia de Jair Bolsonaro, presidente de Brasil –que ya renunció a presidir y organizar la cumbre de la que después se hizo cargo Chile–. Más extraña es la ausencia del presidente frances, Emmanuel Macron, que ha alegado distintos motivos, desde una huelga por la reforma de las pensiones hasta un funeral por unos militares muertos en Mali. En cualquier caso, enviará a su primer ministro, Édouard Philippe. El presidente de la Cumbre, el chileno Sebastián Piñera, tampoco viajará a Madrid para permanecer en el país, donde continúan las protestas. Así, la inauguración, el 2 de diciembre, quedará en manos de Pedro Sánchez.

Contracumbre

Como en cada Cumbre del Clima, Madrid también acogerá una Contracumbre con una manifestación de activistas el 6 de diciembre. Lejos de considerar que dará mala imagen, Ribera ha instado a los manifestantes a que sean "exigentes" con los gobiernos. "Tenemos toda la confianza del mundo de que sean exigentes y constructivas porque necesitamos exigencia", ha dicho la ministra.