Los obispos de Aragón publican la primera carta pastoral sobre la despoblación en España

Los obispos de las seis diócesis aragonesas publicarán el próximo domingo, 1 de diciembre, una carta pastoral conjunta que aborda el problema de la despoblación y su incidencia en la vida de la Iglesia, el primer documento de estas características que se elabora en España.

El documento, titulado 'La Iglesia en Aragón al servicio del mundo rural. Nazaret era un pueblo pequeño', ha sido presentado en rueda de prensa por el Arzobispo de Zaragoza, monseñor Vicente Jiménez, el obispo de Teruel y Albarracín, monseñor Antonio Gómez, coordinador del documento, y el director de la Oficina de Comunicación de la Iglesia en Aragón (OFICIA), José María Albalad.

Este último ha precisado que en Aragón hay 300 sacerdotes rurales, del total de 756, a los que hay que sumar 185 sacerdotes que también son miembros de órdenes religiosas. A través de ellos, se atienden a 1.316 parroquias.

El arzobispo de Zaragoza, monseñor Vicente Jiménez, ha subrayado que en esta Comunidad autónoma "no hay ningún pueblo que esté desatendido" y cada domingo o cada 15 días un sacerdote acude a cada localidad, para remarcar que "somos pocos, pero no poco" ya que en los pueblos "hay mucha vida y la cultura rural es muy rica".

Ha añadido que no corresponde a la Iglesia "dar soluciones técnicas, ni políticas", algo que atañe a los gobiernos, las diputaciones provinciales y los ayuntamientos, con los que sí hay que "buscar una sana y leal colaboración".

No obstante, la Iglesia sí puede agradecer y transmitir esperanza de que "podemos seguir avanzado y caminando", también en el medio rural, y este es el objetivo de esta carta, escrita "con amor a nuestros pueblos", porque junto a la mejora de los servicios de sanidad, educativos y de comunicación, "hace falta creer en nosotros" y "valorar que hay una gran dignidad de personas", ha dicho el arzobispo de Zaragoza.

PREOCUPACIÓN EN LA CEE

Vicente Jiménez ha comentado que en la Conferencia Episcopal Española "hay preocupación por cómo evangelizar y dar esperanza a las pequeñas comunidades, pero lo rural es distinto en Castilla, Galicia o Aragón", si bien ya hay obispos de otros territorios que han pedido que se les envíen esta carta.

Ha apuntado también que este documento da continuidad a una carta anterior, publicada hace tres años, titulada 'La Iglesia en misión al servicio de nuestro pueblo de Aragón' porque las seis diócesis aragoneses ya tienen un "recorrido" de trabajo conjunto.

El nuevo texto tiene 41 páginas y 122 puntos. Se divide en tres bloques, uno en el que se realiza una mirada a la realidad, respecto a la que monseñor Jiménez ha comentado que la situación actual "no es igual que la de hace 60 años" desde el punto de vista social, cultural, económico, político y eclesial.

Por eso, ha dicho, hay que abordar la situación de los pueblos rurales, la llamada España vaciada, para lo que se ha acudido a estudios sociológicos, a los vicarios generales y de pastoral de cara diócesis, así como otras aportaciones de las comunidades de la Iglesia.

Una segunda parte, titulada 'Lectura creyente de la realidad pastoral', mira "con ojos de la fe" la situación, también teniendo en cuenta los documentos de la Doctrina Social de la Iglesia, y una tercera 'La pastoral de los pueblos pequeños' propone acciones.

La carta se publicará el primer domingo de Adviento, que es un periodo de esperanza para la Iglesia, ya que es la preparación para la Navidad, y ha tenido cuatro borradores, que han recibido aportaciones de las diferentes diócesis, ha explicado el obispo de Teruel y Albarracín, Antonio Gómez, encargado de coordinar los trabajos.

MINORÍAS CREATIVAS

El prelado ha indicado que esta carta quiere ser un reconocimiento y agradecimiento "a todas las personas que optando por permanecer en los pequeños pueblos", quienes "han sido y siguen siendo los transmisores y referentes de nuestra fe" y un "cántico a las minorías creativas", en palabras de Benedicto XVI, que están siendo estas comunidades de los pueblos.

"Sobre todo hemos querido destacar el rostro femenino del medio rural", así como la "sencillez" y "mística de lo cotidiano" porque cuando "muchas veces queremos ser más", lo "revolucionario" es "el elogio de lo pequeño" frente a la valoración de los números y las masas, la "asfixia" de la productividad y "la dictadura de la apariencia".

Igualmente, ha continuado, este documento quiere expresar que "allí donde hay un solo creyente, estamos todos, está la Iglesia", para remarcar que "los desafíos que han generado los nuevos contextos siempre tendrán que tener respuesta desde el protagonismo de las propias comunidades, desde las personas que habitan nuestros pueblos".

En este punto, se ha referido a una conversación que mantuvo hace tres domingo con una feligresa de un pueblo de la Sierra de Albarracín, quien le reclamó que no se diga la España vaciada porque "seremos pocos, pero estamos aquí" y estos municipios "no están vaciados", además de que sus familias también han dado "vida a las ciudades".

El obispo de Teruel y Albarracíb ha remarcado que "no es cuestión de número, sino de vitalidad" puesto que hay parroquias de pueblos pequeños "que son más vitales que otras de las ciudades".

También ha estimado que "todas las confluencias son necesarias" y "valoramos los esfuerzos de la Administración, partidos políticos, alcaldes y concejales que viven el día a día de los problemas de los pueblos", así como de asociaciones, movimientos y emprendedores que apuesta por asentar población.

Antonio Gómez ha esgrimido, igualmente, que estas pequeñas poblaciones "pueden ser un pequeño resto, pero nunca les gustaría llegar a ser un residuo", para hacer referencia al título de la carta y explicar que Nazaret significa brote y esta carta "pretende ser el nutriente de estos pequeños brotes, que son nuestros pueblos, para que florezca una nueva primavera".

ALGUNOS DATOS

El director de OFICIA, José María Albalad, ha precisado que 300 sacerdotes trabajan en el medio rural en Aragón, quienes son apoyados los domingos por otros sacerdotes, así como por padres y madres de familia y otros miembros de la Iglesia, que se encargan de las denominadas asambleas dominicales, que tienen lugar cuando no se puede celebrar la misa, en las que "se escucha la Palabra de Dios y se recibe la comunión".

Asimismo, estas personas desarrollan una tarea de "acompañamiento humano", ha glosado, respecto a lo que el obispo de Teruel y Albarrín ha apuntado que la comunidad cristiana "nunca se ha encerrado en sí misma, sino que ha generado un movimiento de ayuda", siendo capaz de "compartir y repartir con los demás".

Por su parte, Albalad ha puesto el ejemplo de Ignacio Hernández, párroco de Albarracín, que atiende once localidades, y del sacerdote Sergio Pérez, de 43 años, responsable de la Unidad Pastoral de Daroca, integrada por 28 pueblos, tres residencias de ancianos, un monasterio y la prisión ubicada en el municipio de Daroca, quien cuenta con el apoyo de otro sacerdotes, así como de religiosas consagradas y laicos.

Además, se ha referido a la figura de los animadores de la comunidad a la que se han recurrido en algunas diócesis, que suman 28 en la de Teruel y Albarracín y 67 en la de Barbastro-Monzón. En esta última suponen el mismo número que los sacerdotes.

Tanto Antonio Gómez, como Vicente Jiménez han subrayado el papel de la mujer en la transmisión de la fe. "Tienen mucha creatividad y muchas asociaciones las lideran las mujeres", ha apuntado monseñor Jiménez. Por su parte, Albalad ha comentado que en localidades donde no quedan médicos, ni tiendas "las campanas siguen sonando".

Los obispos que suscriben la carta, además de los de Zaragoza y Teruel y Albarracín, son el de Tarazona, Eusebio Hernández, el de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez, y el de las diócesis de Huesca y Jaca, que comparten prelado en la persona de Julián Ruiz.

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