Al menos tres muertos y 30 heridos en Bolivia en choques entre seguidores de Evo Morales y fuerzas de seguridad

  • Los enfrentamientos ocurrieron durante una operación para facilitar la salida de combustible de una refinería.
  • ​El Gobierno asegura que "de las Fuerzas Armadas no salió un solo cartucho".
Camiones con combustible se dirigen desde una refinería de El Alto hasta La Paz (Bolivia), escoltados por militares y policías.
Camiones con combustible se dirigen desde una refinería de El Alto hasta La Paz (Bolivia), escoltados por militares y policías.
MARTÍN ALIPAZ / EFE
Camiones con combustible se dirigen desde una refinería de El Alto hasta La Paz (Bolivia), escoltados por militares y policías.

Al menos tres personas murieron por heridas de arma de fuego y otras 30 resultaron heridas este martes en la ciudad boliviana de El Alto en enfrentamientos de seguidores de Evo Morales con militares y policías en una refinería, informó una fuente oficial.

Los enfrentamientos sucedieron durante un operativo de las fuerzas de seguridad para facilitar la salida de camiones cisterna para abastecer de combustible a la vecina ciudad de La Paz, según la Defensoría del Pueblo de Bolivia.

"De acuerdo a información preliminar, las tres personas habrían fallecido producto de impacto de arma de fuego, se desconoce las circunstancias en que ocurrió el hecho", agrega un informe de esta entidad.

Los heridos fueron llevados a hospitales de El Alto y de La Paz, algunos de gravedad que "requieren de cirugía", según la Defensoría, que alertó de que se necesitan "médicos y medicamentos con suma urgencia" para atenderlos en alguno de estos centros sanitarios.

La Defensoría del Pueblo reclamó la desmovilización de las Fuerzas Armadas "a fin de evitar más muertes", al entender que la situación en Bolivia "requeriría sólo la intervención policial con fines disuasivos y de diálogo".

"Servicio público esencial"

Por su parte, las Fuerzas Armadas aseguraron en un comunicado que habían recibido "información de inteligencia" sobre el riesgo de que la refinería de la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) fuera ocupada y destruida.

El Ejército y la Policía realizaron una operación conjunta para preservar "un servicio público esencial estratégico" que se desarrollaba "de forma pacífica" hasta que "enardecidos y vándalos destruyeron parte de las instalaciones", según los militares.

Los violentos, añade el comunicado, utilizaron "explosivos de alto poder" con riesgo de "una explosión en cadena" en la instalaciones.

Los incidentes se produjeron después de que militares y policías, con vehículos blindados y el apoyo de un helicóptero, escoltaran un convoy de camiones cisterna en su salida hacia La Paz para abastecer gasolineras de la ciudad, en la que escasea el combustible.

Policías y militares, frente a manifestantes que protestan contra el Gobierno interino en la región de Senkata, cerca de La Paz (Bolivia).
Policías y militares, frente a manifestantes que protestan contra el Gobierno interino en la región de Senkata, cerca de La Paz (Bolivia).
RODRIGO SURA / EFE

"Terrorismo"

"De las Fuerzas Armadas no salió un solo cartucho", defendió por su parte el ministro interino de Defensa de Bolivia, Luis Fernando López ante los medios en La Paz, reiterando que del ejército "no salió un solo proyectil".

López compareció en la sede del Gobierno provisional presidido por Jeanine Áñez tras una de las jornadas más sangrientas en el conflicto que sufre Bolivia.

El ministro relató que a media mañana hora local los militares y policías escoltaron un convoy de camiones cisterna desde El Alto a la vecina La Paz, donde escasea el combustible hasta el punto de haberse decretado su racionamiento a partir de esta jornada.

Sin embargo, poco después la refinería de la que salieron los camiones fue atacada por "hordas", dijo el ministro, que seguidamente pidió disculpas por esta expresión.

El relato oficial, prosiguió, denuncia que grupos violentos, sin citar si eran seguidores de Evo Morales, lanzaron dinamita para derribar paredes de la refinería de la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), quemar vehículos y robar garrafas de gas.

"Mero vandalismo", exclamó López, quien al ser preguntado por el origen de los disparos mortales prefirió esperar a las autopsias de los fallecidos.

Marchas para exigir la dimisión del Gobierno de la autoproclamada presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, scomenzaron distintos puntos del país y llegaron hasta La Paz.

Al menos 27 muertos

Los militares y policías realizan operaciones conjuntas desde el 11 de noviembre para frenar la violencia en el país, donde desde los comicios del 20 de octubre han muerto al menos 27 personas y más de 700 han resultado heridas, según datos oficiales.

El 10 de noviembre, forzado por las Fuerzas Armadas, Evo Morales anunció su renuncia tras casi catorce años en el poder y al día siguiente salió hacia México, donde está asilado.

Las protestas comenzaron al día siguiente de las elecciones entre denuncias de fraude a favor de Morales, que fue proclamado vencedor para un cuarto mandato consecutivo pero renunció tras un informe de la Organización de Estados Americanos que advirtió graves irregularidades en los comicios.

La renuncia de Morales ha sido calificada de "golpe de Estado" por varios gobiernos y políticos latinoamericanos.

Otros países han reconocido al Ejecutivo interino de Jeanine Áñez, mientras que parte de la comunidad internacional ha instado al diálogo sin pronunciarse sobre la crisis política.

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