Dolores Redondo anima a "empoderarse en el miedo y el amor para poder utilizarlos como un arma contra el mal"

La escritora Dolores Redondo (San Sebastián, 1969) subraya la importancia de aprender a mirar hacia el interior y "empoderarse en el miedo y el amor para poder utilizarlos como un arma contra el mal"...
Dolores Redondo
Dolores Redondo
CARLOS RUIZ / DESTINO - Archivo
Dolores Redondo

Así lo ha aseverado la autora en una entrevista concedida a Europa Press con motivo de la presentación en València de nueva novela, 'La cara norte del corazón' (Destino), protagonizada por la inspectora Amaia Salazar y que constituye una precuela de la exitosa Trilogía del Baztán.

En esta ocasión, la acción se desarrolla en 2005, antes de los crímenes que conmocionaron el valle del Baztán, cuando una joven Amaia Salazar de 25 años, subinspectora de la Policía Foral, participa en un curso de intercambio para policías de la Europol en la Academia del FBI, en Estados Unidos, que imparte Aloisius Dupree, el jefe de la unidad de investigación.

Una de las pruebas consiste en estudiar un caso real de un asesino en serie que siempre actúa durante grandes desastres naturales. De este modo, Amaia se convertirá en parte del equipo de la investigación que les llevará hasta Nueva Orleans, en vísperas del terrible huracán 'Katrina'.

Redondo explica que ha concebido 'La cara norte del corazón' como "un portal de entrada, de forma que lo mismo vale para los lectores de la trilogía como para aquellos que no la han leído". En este relato van a encontrar cómo se rellenan varias partes de vacío o que habían sido esbozadas en 'El guardián invisible', 'Legado en los huesos' y 'Ofrenda a la tormenta' y que ayudan a entender al personaje.

La narradora incide en que en su cabeza siempre han estado esta y otras historias que espera que vean la luz en un futuro sobre Amaia y que algunos lectores avispados incluso intuyen. Son "tramas que iré resolviendo porque la escritura es como cavar un túnel bajo la tierra pero es imposible que en ese proceso no se abran nuevas galerías", reflexiona.

Aunque comparte personajes con la Trilogía del Baztán, la nueva novela de Redondo propone un cambio total de escenario: "No hay jueces, no hay pruebas, ni laboratorios o forenses; la investigación se vuelve absolutamente intuitiva en una situación hostil donde el objetivo es la supervivencia".

DENUNCIA SOCIAL

El traslado de la acción a Nueva Orleans permite también a la escritora lanzar un mensaje de denuncia social sobre la gestión de la administración norteamericana de la catástrofe del 'Katrina', donde la población se sumió en una auténtica "miseria" debido a la tardanza en enviar ayuda. "Hay una pregunta muy clara en la novela: ¿Alguien se imagina que a los cuatro días de caer las Torres Gemelas en Nueva York no hubiera llegado la ayuda? Pues en Nueva Orleans fue así".

Lo que sí tiene en común esta precuela con títulos anteriores es cómo la heroicidad de Amaia reside en la forma de afrontar sus propios miedos. "Es una de las cuestiones primordiales. Hasta ahora la habíamos conocida o adulta o siendo una niña tan pequeña que no se daba cuenta de que era una víctima maltratada. En esta novela toma conciencia y empieza a forjarse la mujer que será".

"En EEUU conocerá a Dupree, quien también tiene un pasado, una cara norte del corazón, y él le enseña a empoderarse en el miedo y el amor y utilizarlos como un arma contra el mal", apunta Redondo, que hace notar cómo "muchas personas maltratadas presentan problemas para reconocer el amor y van de una relación tóxica a otra".

Por eso, la autora donostiarra cree que es "un error" que la sociedad empuje a cerrar los ojos porque "está demostrado a muchos niveles que no enfrentarse a las cosas que duelen, no matar a tus demonios y enfrentarse con ellos, los convierte en fantasmas que se perpetúan y aparecen en tu vida cada vez más fuertes y destructivos".

Preguntada sobre qué supone su último trabajo en su crecimiento literario, Dolores Redondo señala que eso lo deben valorar los lectores pero afirma que cada vez disfruta "más" y se siente "más segura".

Cuando se produce un gran éxito surge el "vértigo" y "te preguntas qué quieren ahora de ti", dice Redondo, que apunta que ha aprendido a aceptar que hay algo en su manera de narrar que le gusta a la gente". "Yo no soy la mejor escritora pero soy una buena contadora de historias; en otro tiempo estaría alrededor de una hoguera contando cuentos", concluye.

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